Sin energías y con la mente en
otro lugar, iban en camino él y Alex a ver a su Madre, lamentablemente Gabriel
no estaba de humor para ello, no se sentía bien, hace unos minutos se volvió a
encontrar con ella, esa mujer que sin más llego a su vida y jamás se ha ido de
su corazón desde que la vio por primera vez, todo este tiempo que trato de
salir con ella, de hacerla entender que en verdad le gusta, ella solo actuó de
forma fría y distante, ahora él estaba haciendo lo mismo con Grey, pero la noto
algo diferente, mas tímida y dulce, quizás solo estaba actuando pero aun así no
deja de ser raro, está seguro que no volverá a reencontrarse con la canadiense,
ya no hay ningún tipo de “lazo” que los una, de ahora en adelante, deben tomar
caminos por separado, a un que no lo quiera aceptar, a un que sienta que su
corazón se desgarra por dentro, lo tiene que intentar, intentar olvidarla,
olvidar que esa mujer fiera estuvo en su vida.
El Youtuber Mexicano, solo entro
a su antigua casa junto con su hermano quien era muy similar a él en cuanto a
rostro, Alex con una enorme sonrisa abrazo a su madre y saludándola feliz.
—Hola Alex, ¿Por qué tardaron tanto?
—saludo la mujer adulta de piel blanca, con esa voz tan tranquila y curiosa.
—Perdón Mamá, es que quise pasar a la biblioteca
del centro, para comprarle unos libros a mi hijo.
—Ah, está bien —sonrió y dejo a pasar a
su hijo de robusto cuerpo a la sala, para luego ver al hermano menor de pie y
mirando al suelo serio, pareciéndole extraño, toco su hombro y le hablo—¿Gabriel?
—Abrió sus ojos como plato y parpadeo
varias veces como perdido— ¿Eh?
—¿Qué tienes hijo? —le hablo mirándolo a
los ojos de frente.
—Ah, n-no es nada Mamá, solo me duele, me
duele un poco la cabeza. —invento.
—Bueno, pasa —lo saludo, con un abrazo y
besándole la mejilla, el correspondió el abrazo.
Llegaron a la sala, la mesa de madera
fina cubierta con una manta de tela que parecía de ceda, estaba llena de
platillos de comida apetitosa, todo lo habían preparado la Sra.Montiel y
supuesta mente Mariand le había ayudado.
—Siéntense Hijos, coman —les sonrió y
les ofreció, tomo asiento en una silla.
—Gracias Mamá, todo se ve rico —se sentó
Alex emocionado y se le hacía agua a la boca.
—Mamá, no tenías por qué hacer esto —se
sintió incomodo Gabriel ya sentado y viendo la mesa llena de platos de comida, obviamente
mexicana.
—Hay, no fue nada, hace mucho que no los
veía y quería recibirlos bien —les sonríe mientras los veía desde su distancia.
—¿Hiciste todo esto sola? —le cuestión Alex quien ya estaba devorando una
“gordita“ rellena de carne.
—No, me ayudo una muchacha muy linda.
—¿Quién? —le pregunto atento Gabo.
—Adivinen —Dijo su madre, algo juguetona—Tienen
que atinarle, es fácil saber quién es.
—Danos pistas —reclamo Alex algo
divertido.
—Es muy bonita, inteligente y atenta.
—>>¿Grey? Ah no seas idiota Gabo, ¿Cómo
va ser ella?<< pensó y no dijo nada.
—Ah, si ya sé quién es —dijo Alex— Es…
—¡Shh! —lo callo su mamá y con sus ojos
le señalo a Gabo, que se girara a ver.
—El moreno vio cómo su hermano veía algo detrás de él sonriendo
y apunto de girarse curioso sintió que unas manos cubrieron sus ojos, sin ver
ya nada, escucho la voz.
—¡¿Adivina quién soy!?
—Soltó un suspiro >>Oh no, es
Mariand<< dijo desanimado y dejándose cubrir sus ojos—Ah, no tengo idea, con
esa voz, no puedo saber quién eres —contesto con todo el sarcasmo que había en
el mundo.
—Pues soy yo, tu Yuyita—quito sus manos
de sus ojos y lo abrazo por la espalda—Ya quería verte.
—Que tiernos —dijo la Sra.Montiel.
—Ya sabía que era Yuya. —dijo Alex sin
parar de comer.
—Mariand
—le hablo Gabriel serio a la morena.
—¿Si?
—Ya
fue suficiente abrazo.
—Lo
soltó y sonriendo se sentó a un lado de el—Perdón, ya puedes comer, adelante
—le ofreció sin dejar de verlo.
—N-no
gracias, no tengo hambre.
—¿Por
qué? Anda, pruébalo, hice la comida para ti —hizo puchero y entristeció sus
grandes ojos marrones.
—Ya
acepta carnal —Dijo Alex viéndolos— Yo no me le negaría a esos bonitos ojos que
tiene Yuya.
—Si
—dijo Yuya viéndolo y le hizo “ojitos” — ¿No son lindos mis ojos?
—Sin
decir nada la miro fijamente a los ojos y nada, no sentía absolutamente nada, esos
ojos marrones no le transmitían como a
diferencia de los de la canadiense, y no era solo por el color, simplemente no
provocaban nada en él. —No.
—¿Qué?
—dijo Mariand algo molesta.
—Ah,
no seas creído güey, a ver
¿Quién tiene los ojos bonitos?. —le cuestiono algo molesto su hermano mayor,
mientras que su madre solo guardo silencio.
—Grey
Dijo
sin inmutarse ni titubear, Mariand estaba molesta, todos quedaron callados, Alex
hizo cara de fastidio, ¿de verdad estaba tan enamorado de ella? Al parecer si, sin
querer volvió a mencionarla, nadie dijo nada, hasta que su madre hablo.
—¿Quién
es Grey?
—Eh,
güey, creí
que ibas a olvidarla —le recordó su hermano mayor.
—Lo
sé —Respondió el moreno tocando su frente mirando al suelo—Solo ignoren lo que
dije ¿sí?
—¿Cómo
vamos a olvidar eso, si siempre la mencionas en todas las conversaciones? —le
cuestiono Mariand molesta.
—Tranquila
Yuya —le dijo Alex.
—Mariand
—la llamo Gabriel.
—¿Qué?
—Tenemos
que hablar.
.
.
.
.
Por otro lado Grey, quien al fin sabía lo que sentía más un
por dentro aun no quería admitirlos del todos pero, por primera vez en su vida
se estaba dejando guiar por sus emociones, si, algo que jamás había hecho
antes, se encontraba en su habitación sacando dinero de todos sus monederos que
eran de personajes de anime, contando los billetes, incluso de una cofre que tenía
diseños de árboles de sakura, lo abrió, y saco otro dinero que tenía ahí
viéndolo pensativa.
—Este dinero, estaba ahorrándolo para algún día
viajar a Japón —soltó un suspiro—Bueno, ya no importa de todos modos —Con una
leve sonrisa se vistió para salir, sus jeans favoritos, rotos de enfrente
claro, unas botas Dr.Marten rojas, una camiseta gris y su chaqueta de cuero
negro, esta vez no se maquillo los ojos, ni se peinó, así, bajo las escaleras
con prisa, pero su madre la detuvo.
—¿Adónde crees que vas? —se cruzó de
brazos con el ceño fruncido.
—A comprar algo.
—¿Segura?
—Sí , más tarde regreso a limpiar la
cocina.
—Bueno más te vale ¿eh? , ten cuidado y
no causes problemas en la calle.
—Si,si—dijo con fastidio y dio media
vuelta y se fue.
La rubia caminaba por las calles de su
peligrosa e insegura colonia, hacia frío pero era tolerable por eso no iba muy
abrigada, >>Traigo bastante dinero en mi cartera, espero y no venga un
asaltante, me va hacer perder tiempo<< Pensó y siguió caminado por un
pasillo poco iluminado, antes de llegar a la parada un sujeto con capucha se atravesó
en su camino y saco un cuchillo amenazándola.
—¡Ya te cargo la chingada mi güera, saca
todo lo que traigas! —la apunto con su cuchillo.
—>>Mierda, Lo que faltaba<<
—¿Así? En esta jodida colonia cuanto crees sacar con estos asaltos, 400 pesos?
No seas imbécil.—dijo en tono de burla.
—¡Uhh, bájale de huevos güerita, porque
si no te va llegar la chingada! —se acercó más molesto.
—Al único que le llego la chingada eres tú
—frunció el ceño.
—¡¿Qué? Deberías tenerme miedo güerita
pendeja! —hablo soltando una carcajada.
—La chica se agacho y se giró estirando
una de sus piernas deslizándolo por el suelo y golpeando la pierna del tipo con
capucha, tirándolo al piso.
—Su barbilla choco con el pavimento y
rabioso dijo —Ahora si no tendré piedad—gruño e iba a mover su mano con la que sostenía
el cuchillo pero esta fue pisada por el pie de la rubia y su otra mano también
la piso, dejándolo inmóvil de las manos.
—Esto te mereces por querer dinero fácil
holgazán—dijo molesta, sentada en su espalda lo veía desde arriba, y ella recibía unas patadas desde atrás por
parte del ladrón en su espalda, pero le restó importancia.
—¡Maldita perra! —queriéndosela quitar
de encima no podía, las manos le estaban doliendo demasiado, ya que la chica
zapateaba sobre ellos con fuerza, sentía que las iba a perder.
—Grey tomo al sujeto del cabello y
empezó a azotarlo contra el suelo, a este comenzó a salirle sangre y parecía
algo inconsciente por los golpes directo a la cabeza, ella se detuvo poniéndose
de pie sacudiendo sus manos >>Menos mal solo era uno<< No quiso
quedarse a esperar a que el tipo despertara o reaccionara así que mejor se retiró.
Con transporte llego a una tienda de
joyería, Grey se adentró, no se encontraban personas comprando y había una
mujer morena atendiendo, la rubia la ignoro, se puso a observar los collares
que tenían a la vista, obviamente detrás de una vitrina claro, ninguno le
llamaba la atención, la cajera se asomó viéndola.
—Si tiene una duda háganos saber ¿Busca
algo en especial?
—Tranquila —se giró a verla— No voy a
robar —dijo algo divertida.
—Rió— Ya veo, que graciosa —sonrió
>>Maldita güera burlista<<.
—¿Puede mostrarme ese collar de allí?
—le señalo con el dedo, un collar sencillo al parecer de plata, detrás de la
vitrina.
—Si claro, es de caballero —se acercó y
sacando el collar colocándolo encima de un pañuelo, lo exhibió en la mesa para
que lo viera bien.
—¡Oh, Sugoi! —exclamo abriendo sus ojos pero sus labios expresaban muy
poco.
—¿Su-que? —le cuestiono la empleada
mirándola confundida.
—Ah —reacciono viéndola por unos
momentos— Se me salió, no es nada, es una palabra japonesa —desvió la mirada
soltando un bochornoso suspiro de pena.
—¿Eres japonesa? Eso es imposible, eres
rubia.
—Obvio no lo soy, me gusta la cultura
oriental —respondió en seco.
—Así que, eres rubia, ¿vives aquí en México
y te gusta la cultura oriental? —pregunto aún más confundida viéndola como un
bicho raro.
—Sí,
¿algún problema? —la vio
amenazante.
—No, no ninguno —sonrió—Soy Laura y ¿tu?
—Grey.
—Iba a preguntarle ¿Son sus ojos? —los
señalo curiosa.
—>>De nuevo con la misma
chingadera<<—Si, son mis ojos, ¿Qué nunca había visto ojos de color?.
—Bueno si, en la televisión, novelas, modelos
de revistas, pero aquí en el DF no es común ver gente tan caucásica hasta el
cabello y con ojos de color.
—Ah ,ya veo, pues no se impresione, de
donde vengo, Canadá, hay a montones como yo.
—Me imagino, son muy bonitos sus ojos.
—Gracias supongo —dijo desviando la
mirada y encogiéndose de hombros
—Se giró a ver que el teléfono de la otra mesa
estaba sonando—Oh disculpa debo contestar, ahora vuelvo.
—Solo asintió con la cabeza y la vio por
unos segundos para luego fijar su azulada mirada en el collar >>¿Ahora por
qué estás tan platica dora Grey? Es extraño, pero no me siento mal al hacerlo, pero
aun así es raro, además ¿Qué voy a hacer, comprarle un collar como regalo de
cumpleaños? Que tontería, ¿Y cómo jodidos voy a entregárselo si yo con mi boca
dije que no quería verlo jamás?, mierda<< se perdió en sus pensamientos,
la empleada termino la llamada y regresaba con ella— ¿Entonces a cuánto está?
—Su precio es de 8.000 pesos —dijo sin más
viéndola.
—¿Qué?,¡es un chingo de dinero! —frunció
el ceño y golpeo la barra de vidrio haciéndole una pequeña abertura.
—T-tranquila —tartamudeo algo
molesta y bajo los ojos viendo el
pequeño daño de la mesa.
—Oh —reacciono alejando su puño algo lastimado— L-lo siento —bajo la mirada algo apenada.
—D-descuida, pero eres la primera chica
que veo que le hace una abertura a un vidrio como de una pulgada.
—Eso no es nada ¿acaso las demás chicas
son así de débiles? No les caería mal hacer algo de pesas —comento inflando sus
cachetes y frunció el ceño.
—Rió—Señorita es usted simpática, a su
modo.
—¿Lo cree? Solo digo lo que pienso.
—Eso es bueno, me agrado mucho, ¿sabe? Puedo
descontarle un poco si quiere el precio.
—No
—¿NO? —sorprendida.
—Así es, no quiero su compasión y no la
necesito tampoco, puedo pagarle al contado pero me faltarían solo 1.000 pesos—saco
su cartera y le dio el dinero en efectivo— Los 1.000 pesos que faltan se los daré
dentro de dos semanas, ¿me lo puedo llevar?
—Por supuesto—acepto el dinero y le
entrego el collar— Ah, y firme aquí —saco un papel y le dio una pluma.
—Listo —escribió su firma—¿No tiene una
caja para guardarlo?
—Si —saco tres pequeñas cajas
diferentes, una café, una azul y otra negra—Escoja uno.
—La negra está bien —la tomo y guardo el
collar ahí—Gracias —se despidió sin sonreír ni decir nada más, dio media
vuelta y salió de la tienda.
Grey caminaba por el centro, sola, no
pensaba en otra cosa que no fuera Gabriel y que mañana era su cumpleaños, solo
eso tenía en mente, estaba haciendo algo de frió, lo podía sentir en sus pálidas
mejillas, aun que prácticamente su nariz y piel estaban hechos para esa clase
de clima, de repente al caminar daba pequeños brincos y tarareaba una canción,
así es, perdió la cabeza ,al menos eso creía ella, se detuvo por un momento, pensó
>>¿Qué mierda me pasa? Parezco una estúpida<< siguió caminado pero
de forma normal, pisando fuerte y a paso firme, como solía caminar ella, ¿Qué
le estaba pasando? Se sentía por dentro
muy diferente, ya le estaba pasando, lo que más temía, lo que no quería que
pasara, hizo todo lo posible para huir, escapar, olvidarse de “esto” que empezó
a sentir desde hace tiempo, sin embargo fue inútil, no sirvió de nada, realmente
ha pasado, así es, estaba enamorada.
.
.
.
Gabriel y Mariand, se encontraban de pie
viéndose cara a cara, en la sala, su madre y hermano se habían ido a comprar
algo, el pretexto para dejarlos solos, sin embargo Gabo no pretendía hacer algo
“especial” con ella, tenía que hablar de algo, que lo tenía en duda, Mariand
siendo tan desesperada como siempre, rompió el hielo cuestionando su seriedad.
—¿De qué querías hablarme, porque tan
serio?
—Mariand tengo que preguntarte algo pero
debes prometerme que me dirás la verdad —la miro serio.
—C-claro —tartamudeo.
—¿Segura?
—Sí, lo prometo.
—Bien —soltó un suspiro pesado y paso
sus dedos en su oscuro cabello con estrés—¿Es verdad que saboteaste la cita de
Grey a la Editorial Planeta? —se cruzó de brazos.
—¿Qué, por qué preguntas eso, de donde
sacaste eso? —pregunto fingiendo asombro.
—Eso no importa, solo respóndeme. —frunció
el ceño.
—No, claro que no Gabo, yo no sería
capaz de arruinar los planes de otras personas ¿Me crees capaz?
—Pues..
—Sí, no me agrada Grey, además de ser
grosera, sé que te gusta y eso me molesta, pero no soy mala persona—le sonrió
mostrando sus dientes.
—Ya veo —bajo la mirada >>Grey me
mintió, no, no puede ser, ella no es así, ella es honesta<<.
—Hablemos de cosas más importantes —se acercó
a él y lo tomo del brazo viéndolo—Por ejemplo que mañana es tu cumpleaños
—Ah —pronuncio desanimado.
—¿Nos vemos en la mañana para
celebrarlo? —lo invito emocionada.
—No, lo siento tengo una firma de
autógrafos en la mañana.
—¿Estarás trabajando en tu cumpleaños?
Eso no está chido —hizo puchero con su boca.
—Rió un poco— Solo en la mañana, en la
tarde veré a mis amigos —se soltó de su agarre— Antes de irme —se giró a verla—Por
favor, aléjate de Grey.
—¿Qué?
—Ella me dijo que siempre la molestabas
con cosas porque a mí me gusta..me gustaba. —trago saliva inseguro de sus
palabras.
—¿Y?
—Que ya no tienes que preocuparte, ya
que prometimos ya no vernos y si nos encontrábamos por casualidad no voltear a
vernos, fingir como si el otro no existe. —le dio la espalda para que la morena
no se diera cuenta de que sus ojos estaban afligidos.
—¿De verdad? —pregunto sonando emocionada,
pero al darse cuenta cambio el tono a serio— D-digo, que mal, pero prometo que
la dejare en paz, bueno, eso si lo que me dices es cierto.
—Es..es verdad —camino a la salida.
—Espera, tu mamá y Alex aun no llegan y…
—Diles que me tuve que retirar, no tengo
ánimos ahora.
—Voy contigo.
—No, quédate —la regaño y cerró la
puerta en su cara retirándose en un taxi.
—Tch, lo oculta bien pero es obvio que
ya sospecha de mi —frunció el ceño—Grey ¿Qué fue lo que le dijiste maldita gata
de la calle? . —Saco su celular dorado y marco el número de su “mano derecha”—Vamos,
vamos, contesta.. —dijo apurada con la bocina del celular en su oído.
—¿Hola?
—German, vamos a vernos en mi
departamento hoy a las 6:00pm,tengo unas dudas y quiero que me las aclares.
.
.
.
Gabriel iba llegando al departamento del
Crew,ya eran las 3:00pm,como ahora habían terminado con el trabajo de esta
semana estaban “echando relajo”,Isra jugaba y practicaba técnicas de futbol con
su balón atrás en el pateo, Federico jugaba video juegos, Félix chateaba en su
celular, Luis se preparaba unas palomitas en la cocina y Cristhian
sorprendente mente lavaba su ropa, al estar el lavadero en el pateo Isra se acercó
curioso a él.
—¿Cris que haces? —le pregunto viéndolo
extrañado.
—Sí, este pantalón es el mejor que tengo
y ya estaba sucio —se giró a verlo para después seguir tallando su pantalón.
—¿Qué es eso? —Señaló un bote sin
etiqueta, abriéndolo y reviso su consistencia— Esto es crema corporal.
—¡Deja ahí, con eso lo estoy lavando
cabrón! —se quejó y le quito el bote de plástico.
—Pero eso no es jabón güey, ¿estas
lavando tu pantalón con crema? —le cuestiono queriéndose reír.
—Si se y, es que estos pantalones son
especiales, la tela es muy delicada y por eso..
—No mames ahora si —se tiro una
carcajada— Te pasaste —se hecho a reír.
—Mira si vas a estar solo riéndote de mí
vete.
—Ya, ya —se tocaba la barriga de tanta
risa— lo siento, ya me voy.
En eso Félix se asomó dónde estaba
Cristhian y negó con su cabeza.
—Pero que puto te ves Cris —rió.
—¿Alguien ha visto a Ricardo? —les
pregunto Luis sentándose en un sillón y devorando las palomitas depositadas en
un recipiente de plástico.
—¿Al Wero? —recordó Fede sentado y sin
despegar la vista en la tele—No se güey, de hecho desde hace rato ya no lo vi por aquí,
debió a ver salido con su novia.
—Pero no nos dijo nada —siguió dudoso
Luis viendo a su amigo de nariz grande extrañado.
Gabriel entro por la puerta principal, con
un rostro sereno, necesitaba hablar con alguien, por su puesto ese sería su
mejor amigo Ricardo, con su mirada lo buscaba en la sala o cocina, nada, se
dispuso a acercarse a Luis a preguntarle.
—¿Luis donde esta wero? —le pregunto
desde atrás.
—Se giró a verlo— No se güey, eso mismo
nos preguntamos, desde hace rato no está aquí, pensamos que talvez esta con su
novia.
—¿Novia? —recordó Gabo y camino por la
puerta de entrada, saco su celular y le marco a Caeli, espero a que la llamada
entrara, colocando la bocina del celular en su oreja.
—¿Gabo? —respondió entre risas Caeli.
—¿¡Caeli, estas con wero!? —le pregunto
algo exaltado y salió del departamento cerrando la puerta.
—¿Ricardo? No, me dijo que iba a hablar
con una persona y nos veríamos mas tarde.
—¿Cuál persona?
—No lo sé, un conocido, creo que era
mujer,
—¿No sabes si te dijo su nombre?
—No recuerdo, ¿Por qué preguntas?
—¡Solo dímelo!
—Tranquilo, no te exaltes ¿Qué te
ocurre?, mm recuerdo que, me dijo que se llamaba, no recuerdo el nombre pero
fue la güerita esa que tiro mi pastel en mi cumpleaños —recordó algo molesta.
—¿Eh? —abrió sus ojos como plato y guardo
silencio >>¿Wero, a que fuiste a hablar con Grey?<<.
—¿Gabo, estas ahí? —Le hablo algo
asustada—Respóndeme.
—Colgó—¿Qué…—se preguntó en voz baja—
Vas a decirle?.
.
.
.
Ricardo llego en su auto a la casa de
Grey, había recordado perfectamente la dirección por la ves que fueron
disfrazados de mariachis, esta vez venia vestido con su ropa normal, portando
una gorra deportiva, el clima era templado, había poco sol pero aun así portaba
gafas oscuras, conoce a Gabo, sabe cómo es, es su mejor amigo, tiene que
ayudarlo, no le gusta verlo deprimido, ya que él siempre está feliz y
normalmente sonriendo, pero para ayudarlo necesita conocer mejor a Grey y ¿Qué
es lo siente por su amigo? , dando pasos firmes toco el timbre de la puerta, esperando
que alguien atendiera.
—¡Grey, ve a ver quién es, estoy
ocupada! —le grito la Sra.Martin a su hija.
—¡Ash, ya voy! …joder —se escuchó la voz
de la rubia y esta fue quien abrió la puerta, después de a ver quitado muchos
seguros, giro la perilla y se asomó—¿Qué carajos quie..-? —quedo muda viéndolo.
—Grey, tengo que hablar contigo —dijo
tranquilo.
—¿Ricardo, como, que haces aquí, por qué?
—cuestiono algo incomoda.
—Te lo explicare todo después, pero
primero necesito hablar contigo. —le sonrió.
—B-bueno —lo vio para luego girar su
cabeza atrás gritando —¡Mamá ,ahora vuelvo, mi papá me necesita en el trabajo!
—¡Bueno, ten cuidado!
—¡Si!... —se giró a ver al chico de tez
blanca y poco alto—Vamos —salió de su casa así como estaba, con una camiseta
blanca con una imagen de un anime ,pantalón negro y unos converse negros.
Caminaron ambos al parque que estaba
cercas y se sentaron en una banca oxidada, Ricardo conservo su postura serena y
empezó a hablarle.
—Grey, han pasado muchas cosas desde que
te conocimos ¿sabes?
—Sí, puros problemas —desvió la mirada.
—No, has cambiado la vida de mi mejor
amigo.
—¿EH?
—Nunca antes, al conocer una chica que
le gustara, era tan alegre y apasionado, creo que es porque eres muy diferente
a las demás y eso se puede ver a simple vista.
—¿Ah, simple vista….soy diferente? —le
pregunto abriendo sus ojos impresionado.
—Eres extraña en el buen sentido —le sonrió—Veras
sé que ahora ustedes están distanciados, pero yo sé lo que sienten mutuamente, en
especial tu Grey aunque trates de ocultarlo.
—¿D-de que hablas? —se puso nerviosa.
—¿Él te gusta verdad?
—Trago saliva y desvió la mirada—¿Por
qué, piensas eso?
—Lo veo, cuando estabas en nuestro
departamento, abrazando el marco que había hecho Gabo y cuando llegaste con el
herido y tú misma lo sanaste, tus ojos no mentían, realmente lo quieres.
—No
—¿No?
—No, te equivocas, todo eso te lo has
imaginado, yo nunca..
—Grey, deja de negarlo
—¡No lo estoy negando, de verdad yo no
siento nada por el! —frunció el ceño y lo tomo de la camiseta encarándolo.
—Bien, si es así, ¿Por qué te molestas
tanto y no lo tomas con calma?
—Lo soltó y respiro
profundamente—Gabriel, me ha hecho sentir como una completa estúpida, ante él, siento
que decaigo, me siento dócil, indefensa,
y yo no quiero sentirme así, el amor solo te hace débil —apretó sus manos
mirando al suelo.
—No eso no es verdad
—¿A no?
—Grey, el Amor es complicado, pero
siempre te hace mejor persona, te cambia, te hace sentir que el mundo en el que
vives aun vale la pena, el amor puede llegar a ablandar hasta el más duro y
frío corazón >>Tú necesitas mucho amor Grey<<.
—Se quedó muda por unos segundos y bajo
la mirada seria—M-mañana es su cumpleaños ¿verdad?
—Sí, ¿por?
—Y-yo quería, q-quiero darle un regalo
pero, no podemos vernos ya, estaría rompiendo mis palabras.
—¿Qué importa? Tú dáselo.
—No, se lo prometí, no puedo hacerlo, veré
de que otra forma se lo daré.
—Rió un poco—¿Ves?, si lo quieres
—Cállate —le dio un pequeño golpe en el
hombro.
—Solo le sonrió—Yo los apoyare.
—¿Qué?
—Ustedes dos se complementan muy bien, deben estar juntos yo los apoyare en
todo, te lo prometo.
—¿De verdad? —se giró a verlo.
—Claro, cuenta conmigo. —sonrió leve.
—Apenas y correspondió la sonrisa muy
poco—Gracias.
.
.
.
Ya era un nuevo día, una mañana nublada
y con el viento frio, pero eso no detendría a Gabriel de realizar su firma de
autógrafos en el DF en la Plaza Loreto, sentado en una mesa, enfrente de el una
fila que parecía interminable de fans, no
le gustaba mucho estar tan rodeado de gente, se sentía lago incomodo, pero por
sus fans, lo soportaría, se sentía feliz por tener a mucha gente que lo apoyaba
más sin embargo ahora mismo no estaba del todo humor, pero tenía que ocultar su
desdén, por ellos él era famoso, por ellos él era “Werevertumorro” así que ¿Qué
más da?
Cada que pasaba un fan, él les decía:
¿Qué onda? Con una sonrisa, así con cada uno de ellos, como si nunca acabaría
de saludar a todos, pero era trabajo, aun así en este momento su corazón, no está
bien pero tenía que aparentar que estaba bien. En la fila de fans esperando su
turno, estaba una chica de baja estatura con una vestimenta peculiar, era
rubia, su cabello recogido en dos coletas bajas, usando una falda gris, con
medias oscuras, botas blancas, un suéter de color crema con su bufanda rosa
cubriendo todo su rostro, apenas se podían ver sus ojos, usando una mochila de Rilakkuma, una vestimenta bastante
dulce y tierna, muchos chicos la volteaban a ver embelesados, y sus novias les
jalaban la oreja con re celos, pero la chica no miraba a nadie, solo esperaba
su turno, en silencio, nerviosa y cargando una bolsa transparente que dentro
había una especie de caja.
¿Qué llevara ahí? Y lo más importante
¿Quién es?
.
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