La ahijada y madrina fueron en
camino a buscar al chocolatero, pero antes se encontraron con Charlie, Giselle
le explico todo y su plan, al niño le pareció una gran idea y las apoyo,
alentándolas ,pero que no podía involucrarse mucho en su plan ya que él estaba
encargándose de toda la fábrica, pero les dijo donde estaba su mentor, Willy se
encontraba en el salón de chocolate, viendo a los Oompa Loompas trabajar, la
doncella se acercó lentamente con un pañuelo húmedo en sus manos, caminando
tranquilamente hasta que él se dio cuenta de su presencia.
—Willy
—Se giró a verla y abrió sus
ojos como asustado—Oh, es usted señorita cabeza de fresa.
—¿Fresa? —repitió algo
confundida.
—Celeste estaba detrás de su
oído y le susurro—Lo dice por tu cabello rojo.
—Ah —la escucho Giselle
entendiendo—No te muevas ¿sí? y…perdón por esto.
—¿Por qué te discul..? —no
termino de hablar, la chica había colocado el pañuelo en su nariz, haciendo un
poco de presión.
A los pocos segundos el
chocolatero cayó al suelo pero su caída fue amortiguada gracias a Giselle quien
al sujetarlo de los brazos, ayudo a que cayera suavemente, Celeste rió algo
divertida y se acercó a ver a Willy desmayado.
—¿Cómo hiciste eso, que usaste
para dormirlo? —la miro sonriendo con satisfacción.
—Oh es Cloroformo —dijo
sonriendo un poco—No es dañino, bueno no es mortal, y lo descubrí ya que estuve
un buen rato en el salón de inventos.
—Bueno —agito su varita y elevo
al hombre del suelo—Lo necesitamos, si queremos ir a su pasado, sígueme querida
—le indico a su ahijada que la siguiera y ella obedeció.
Entraron de nuevo a la
habitación de la pareja de excéntricos, la hada de vestido azul, recostó al
joven en la cama, Giselle estaba de pie muy cercas de la cama y tomo asiento,
Celeste la miro muy seria.
—Llego el momento—movió su
barita soltando polvos brillosos, sacó el marco de foto guardado del cajón, la
foto de Willy cuando era niño—Toma —se lo entregó a la chica—Pónselo sobre su
pecho.
—Obedeció—¿Esto es
para..?
—Para que cualquier cosa que
pase allá que sea importante, él lo siente y su memoria vaya recuperándose poco
a poco, recuerda que están conectados.
—Sí, entiendo —dijo frunciendo
el ceño segura—Estoy lista.
—¿No deberíamos avisarle a
alguien?
—Bueno la familia Bucket no
creo que les moleste y Charlie, bueno está muy ocupado con la fábrica, escribiré
una carta —saco un papel y bolígrafo del pequeño mueble que estaba cercas ella y
escribió “Si leen esto, Celeste y yo viajamos al pasado para ayudar a que
Willy recupere la memoria, no se preocupen, regresaremos y el recordara
todo”-Atte: Giselle Wonka.” —Creo que con esto bastara —dijo sonriendo y
dejo la carta sobre la cama.
—Iré contigo Giselle, ni creas
que te dejare hacer esto sola ¿eh? —la apunto.
—Gracias
—asintió.
—Bueno, no perdamos más tiempo
—sonrió y moviendo su barita y su mano, apareció una especie de portal de
colores encima de ellos, destellando luz—¡Vámonos veinte años atrás! —grito
enérgicamente y el portal atravesó a la doncella y a la criatura
mágica.
Ambas pasaron a través de una
especie de universo abstracto lleno de mucha luz, tras ese brillo y miles y
miles de lo que parecían ser estrellas, la doncella sintió como callo en el
suelo en medio de una calle desolada, la nieve pudo amortiguar un poco su caída,
cayendo boca abajo, llevaba puesto un vestido de frio con un saco azul y botas
de invierno, aun lado de ella escucha que alguien piso firmemente el
suelo.
—¡Auch, eso dolió! —Se quejó
Giselle poniéndose de pie lentamente y al instante abrió sus ojos asustada—M-mi
voz —dijo al escuchar su voz un poco más aguda, se tocó la garganta y sintió sus
manos extrañas, se vio las manos y los pies más pequeños, le grito asustada a
su hada madrina—¡Celeste, ¿qué me paso, me encogí?!
—¡Shh, silencio! —mascullo el
hada convertida en humana—No hagas tanto ruido.
—¿Celeste que te paso? —se giró
a verla impresionada—Eres…una..
—Soy una humana si —asintió
algo divertida, se veía exactamente igual, claro que no llevaba su vestido azul,
al contrario, llevaba puesto una especia de traje tipo oficina, por su puesto
color azul marino—Si voy a estar contigo, necesito parecer una humana primero,
así que me transforme en una.
—¿Y yo, que paso conmigo? Me
siento diferente —se señaló a ella misma viendo a su hada madrina convertida en
humana.
—Eres una
niña.
—¿Qué? —Le cuestiono y se
acercó a una tienda asomándose por la enorme vitrina viendo su reflejo—Es
verdad, soy una niña.
—Así es, tú y Willy tienen la
misma edad ¿no es así? Pues obviamente en esta época debes de ser una niña casi
puberta claro y yo me haré pasar por tu tía—rió.
—Si —sonrió un poco—Ya no
recordaba como era de jovencita—Bueno —se giró a verla —¿Ahora tenemos que
buscarlo verdad?
—Exacto linda —asintió—Me
habías dicho que él era el hijo del más famoso dentista de este pueblo
¿verdad?.
—Si —asintió mirándola
atenta.
—Bueno, creo que estamos
paradas en las calles de ese pueblo, así que hay que buscar la casa donde vivía
tu esposo.
—¡Esta bien, vamos! —la tomo de
la mano emocionada y se la llevó consigo >>Que genial, nunca había visto a
Willy de niño y ahora es mi oportunidad<<.
Caminaron por las calles, del
dichoso pueblo, la ahora, “pequeña” Giselle miraba las casas y a la gente que
pasaba por ahí, era feliz conociendo el lugar donde antes vivía Willy, pero por
su puesto lo que más le emocionaba era su futuro encuentro con él, Celeste
caminaba tomando de la mano a la pequeña Giselle para no perderla de vista, ya
que sabía que era muy inquieta.
—Creo que no es en esta calle
—dijo Celeste mirando a su alrededor algo insegura.
—Es verdad, no recuerdo a ver
venido por aquí.
—Iré a fijarme en esa dulcería
si lo veo —apunto la pequeña tienda aun lado de ellas—Tu espérame afuera, porque
seguramente me pedirás que te compre chocolate y no tengo mucho dinero humano
¿de acuerdo? .
—Si —sonrió quedándose de
pie.
—Bueno, no te muevas —la apunto
advirtiéndole y camino atravesando la puerta de madera
entrando.
La niña pelirroja miraba a su
alrededor, vio un grupo de niños saliendo de esa misma tienda, eran dos niñas y
dos niños, el niño de altura más alta, salió con una bolsa llena de dulces al
igual que las dos niñas, pisando la nieve del suelo comenzaron a
hablar.
—Qué bueno que salimos
temprano, gracias a la maestra Rachel —les comento una niña de cabello color
avellana.
—Si, por eso es mi maestra
favorita, además mira, tengo dulces que me rendirán hasta mañana Halloween.
—dijo la otra niña de cabello negro.
—Pues yo me iré disfrazado de
pirata mañana —respondió emocionado el niño de altura alta.
—Chicos —les hablo el otro niño
de cabello castaño—Me tengo que ir ya a casa —dijo en tono tranquilo llevando su
mochila en la espalda, a diferencia de sus amigos que la llevaban
arrastrando.
—Está bien, nos vemos mañana en
la escuela —se despidió el niño alto y se fue.
—Adiós —le dijo la niña de
cabello negro y se fue acompañada de la otra niña.
—Suspiro profundamente
viéndolos irse—Nunca tengo tiempo de jugar —se quejó mascullando en voz baja y
bajo su mochila abriéndola para sacar algo.
Giselle vio algo peculiar en
él, de cabeza a los pies, su apariencia era pulcra, su cabello perfectamente
peinado y ese aparato dental colocado exageradamente en sus dientes, Dios, casi
abarcaba toda su pequeña cabeza, ¿Acaso él era..?
—No puede ser —dijo abriendo
sus ojos la pelirroja—Él es, si es el, tiene que ser él.
Una persona paso corriendo y
sin querer choco con el jovencito, tirando su mochila y sus cosas se esparcieron
por el piso cubierto de nieve.
—¡Ah lo siento! —le grito la
persona desde lejos y siguió su camino.
—De nuevo el niño suspiro y se
colocó de arrodillas recogiendo sus cosas.
—La niña pelirroja se acercó y
lo imito—Deja te ayudo.
—No, gracias estoy.. —alzo su
mirada para verla, abrió sus ojos como plato.
—>>Ojos violetas, si,
eres tú, mi amado Willy<< pensó con una sonrisa de satisfacción la niña
pelirroja, viendo fijamente al niño, cara a cara.
—No pudo decir nada, quedo
mudo, ¿pero quién era ella? Le parecía familiar y a la vez desconocida—>>Que bonita es<< fue lo primero que pensó y sacudió su cabeza algo
sonrojado alterándose—N-no, de verdad está bien, yo puedo solo —hablo en ese
tono algo balbuce ante ante gracias al estorboso aparato de sus
dientes.
—¿Seguro?
—Si —levanto sus cosas con
mucha prisa y las metió de nuevo en su mochila, parándose del
suelo.
—Me da gusto encontrarte —dijo
Giselle sonriente poniéndose de pie.
—Lo siento, no te conozco y mi
padre no me deja hablar con extraños —desvió la mirada nervioso y se puso de
nuevo su mochila.
—Pero…
—¡Adiós! —grito evitando verla
y se fue corriendo del lugar.
—¡Espera! —alzo su mano la niña
pelirroja pero sintió como tocaron su hombro deteniéndola.
—No lo vi allí, por cierto ¿Qué
pasa, Giselle? —le cuestiono Celeste.
—¿Ya llegaste? ¡Celeste, acabo
de encontrarme a Willy! —dijo dando pequeños saltos.
—¿De verdad?
—Si
—¿Adónde se fue?
—A su casa, descuida sé dónde
es, ya que después de todo el me llevo una vez a ver a Wilbur.
—Bueno vamos —se la llevo
tomando su pequeño brazo.
.
.
Mientras tanto en la
actualidad, Charlie se encontraba en el salón de inventos trabajando de nuevo en
la mezcla para el “dulce de la memoria” era algo difícil hacerlo sin su mentor,
al igual que el manejo de toda la fábrica, pero solo era mientras Willy
recuperaba la memoria, después de todo al final él se encargara de la fábrica,
termino de preparar algunas sustancias liquidas, guardándolas en un
refrigerador, decidió descansar un poco e ir a comer, anteriormente ya les había
contado a su familia sobre el viaje de Giselle y su hada madrina hacia al
pasado, mas aparte les pidió a todos que no le dijeran a nadie que Wonka tenía
amnesia, al llegar y entrar a la pequeña casa que aparentaba ser tan frágil,
noto a los abuelos despiertos y serios mirando el televisor e ignorando lo que
pasaba ahí, su madre discutía con su papá.
—¿Es decir que acabas de llegar
del trabajo y sales con, esto? —dijo en tono molesto y cruzada de
brazos.
—¿Qué pasa? —cuestiono Charlie
en tono serio y actuando tan maduro como siempre.
—Hijo yo.. —hablo su padre
bajando la mirada.
—Tu padre le dijo a unos
compañeros de su trabajo, que el Sr.Wonka tiene amnesia —soltó un suspiro pesado
tocando su frente la Sra.Bucket.
—¿Qué? —exclamo el niño
asustado—Papá, ¿Por qué?
—Fueron ellos —se justificó el
adulto de cabello negro—Estaban haciéndome muchas preguntas sobre la fábrica, el
Sr.Wonka y no sé, simplemente se me escapo, pero no creo que vayan a decirle a
nadie más —asintió sintiéndose seguro.
—“En otras noticas..
“—Se escuchó la voz de la reportera en la televisión y todos se giraron a ver la
pantalla— “Al parecer el famoso y único fabricante de tan maravillosos
dulces, dueño de la fábrica de chocolates más exitosa de la tierra, el Sr.Willy
Wonka, se encuentra en estos momentos en estado de Amnesia, por lo que dicen las
fuentes.”
—Oh, no.. —negó Charlie viendo
las noticias en la televisión, tocando su frente >>Justamente esto era lo
que no quería que pasara<<
—“Muchos dicen que si este
hombre se encuentra sin memoria alguna, la presentación del el tan aclamado y
anunciado nuevo proyecto que a un no sabemos su nombre, será cancelado, más
aparte dicen que entonces los dulces no serán los mismos, ya que ¿Cómo podrá
seguir haciendo tan extraordinarios dulces, si seguramente no recuerda cómo
hacerlo? Esto y más se ha estado circulando por internet comentarios de este
tipo, hasta ahora no sabemos nada sobre el estado actual del Sr.Wonka pero
nuestros reporteros se darán la tarea de investigar eso, seguiremos informando”
—concluyo la reportera, el televisor había sido apagado por el abuelo
paterno de Charlie quien tenía el control remoto.
—Lastima —pronuncio el abuelo
Joe con un semblante sereno—Ahora todos lo saben.
—Charlie —lo llamo su padre
tocando su hombro.
—S-supongo que no hay remedio
—dijo en voz baja el niño viendo al suelo >>De todos modos la fábrica
tiene que seguir en funcionamiento, no importa si Willy no recuerda, no importa
si ya todo mundo se enteró de lo que le paso, por suerte solo saben lo que
tiene, mas no como le sucedió, ya que si se llegaran a enterar, aun que
resolvamos el problema de ese dulce, la gente no lo comprara por tener malas
reseñas<
.
.
La pequeña Giselle y su hada
madrina ahora, en humana, seguían los pasos del pequeño Willy, siendo
cautelosas, tratando de que no las descubriera, el jovencito llego a su casa,
subiendo las escaleras y abriendo la puerta entrando, la pelirroja y su “tía”
quedaron de pie a cierta distancia, escondidas tras un árbol.
—Bueno, necesitamos que se
conozcan y hacer que tú le ayudes un poquito a que pruebe su primer dulce, ¿su
primer dulce fue un chocolate verdad? como me habías contado.
—Sí, y de ahí decidió hacerse
chocolatero —asintió mirándola desde arriba escondida detrás del
árbol.
—Muy bien, ahí debemos “Atacar”
para que recupere su memoria, bueno —salió del árbol viendo directamente la casa
de los Wonka—Nos haremos pasar como nuevos clientes ahí, vamos—la tomo de la
mano, llevándosela consigo y llegaron a la puerta de entrada, Celeste iba a
tocar el timbre pero prefirió primero escuchar, la pequeña conversación de Willy
y su padre.
—¿Por qué no tocas? —le
pregunto Giselle algo nerviosa y en voz baja.
—Escucha —le susurro con un
semblante serio, movió un poco sus dedos y apareció una especie de burbuja, como
una esfera de cristal, mostrando visualmente al niño y su padre comiendo, se
escuchaba claramente sus voces.
Wilbur Wonka, se encontraba en
otra habitación que parecía una sala de comedor, comiendo con su hijo, él estaba
en un extremo de la enorme mesa y el niño en el otro extremo, guardando
silencio, el hombre de cabello blancos solo se concentraba en degustar su
comida, hasta que la voz de su pequeño hijo, interrumpió su pacifico
silencio.
—Papá —se escuchó la aguda y
débil voz del jovencito, como siempre, se escuchaba como si estuviera
balbuceando.
—¿Qué?
—Mañana es Halloween, y mis
amigos quieren que vaya con ellos a pedir dulces, disfrazado, ¿me das permiso?
—le pregunto viéndolo nervioso.
—Está bien.
—¿Si? —abrió sus ojos
sorprendido y sonrió, aunque con ese aparato en sus dientes no se podía
distinguir bien.
—Sí, pero nada de dulces ¿Quedo
claro? —alzo su mirada y lo apunto con su dedo índice.
—Pero, padre, no tiene nada de
ma..
—Ya te he dejado claro antes
que no quiero que comas dulces ¿escuchaste? —alzo la voz algo molesto viendo
fríamente al pequeño.
—Soltó un suspiro pesado
bajando la mirada—Si, padre.
En eso el timbre de la puerta
sonó, el Dr.Wilbur se puso de pie sabiendo que quizás era un cliente, dejando su
comida en la mesa junto con su hijo, se dispuso a atender, llegando a la puerta
y abriéndola, notando a la mujer adulta con traje de oficina azul y aun lado de
ella una niña con vestido y peculiar cabello rojo, el con un semblante serio,
dijo.
—¿Hicieron cita previa?
—No —respondió Celeste
sonriendo—Pero ¿podría revisar los dientes de mi hija? —dijo tocando a Giselle
de los hombros.
—Pasen —dijo el hombre adulto
dejándolas pasar.
—¿Vive solo Sr.Wonka? —le
cuestiono la pequeña Giselle al adulto sonriendo >>Aquí debe estar
Willy<<.
—No, tengo un
hijo.
—¿De verdad? —dijo y volteo su
mirada hacia la otra habitación.
Willy se escondió detrás de la
pared de la sala, escuchando, esa voz tan dulce le parecía demasiado familiar,
se asomó un poco tratando de que no lo vieran.
—Bueno Doctor —le hablo Celeste
al hombre con uniforme blanco—Mi sobrina, me preocupa, creo que tiene
caries.
—¿Qué? —se giró a verla Giselle
algo desconcertada y Celeste le tapo la boca con su mano y la miro de reojo
abriendo sus ojos como plato como diciéndole “Tu di que sí”, después quito su
mano de su pequeña boca—Ah, sí, creo que si tengo.
—Recuéstate aquí —le indico el
Sr.Wonka con un semblante serio.
—La pequeña niña se recostó en
un asiento grande, especial, “asiento dental” también se le conocía, ella miraba
el techo.
—Bueno, veamos que tiene —dijo
Wilbur y se puso sus guantes, encendiendo las luces conectadas arriba de la
silla, para ver bien.
Después de que Wilbur revisara
a la niña con vestido, Celeste se acercó al doctor y le
pregunto.
—¿Y que tiene mi
sobrina?
—Pues —dijo el hombre de
cabellos blancos—Al parecer nada grabe, pero si tiene inicios de caries,
seguramente por comer muchos dulces ¿verdad niña?
—Ella solo le
sonrió.
—¿Se puede quitar? —le
cuestiono Celeste.
—Claro, mire —camino a su
asiento y saco una hoja anotando—Esto le ayudara a que se pueda evitar, también
no olvide recordarle que debe cepillar sus dientes diariamente después de las
comidas y usar hilo dental —le entrego la hoja en sus manos.
—Oh, gracias doctor —dijo la
mujer rubia—¿Cuánto es por la consulta?
—Sígame, le cobrare por acá —le
señalo otro pequeño cuarto, ambos retirándose la niña quedo
sola.
—Giselle se bajó de la silla y
veía el lugar, notando una mochila negra en el suelo y recargada en la pared,
curiosa se acercó, estaba abierta, vio que dentro había una bolsa de dulces—¡Oh,
pero si son..! —sintió como alguien cubrió su boca y la jalo hacia la otra
habitación.
Willy la había tomado por
sorpresa, la tenía recargada en su pecho, ella de espaldas, el cubría su boca
con sus manos, ambos estaban de pie, escondidos detrás de la pared que separaba
las dos habitaciones.
—¡Shh, no digas la palabra
“dulces”! —Le susurro—Mi padre, odia los dulces, no quiere que tenga aquí y los
coma.
—Ella solo se movía algo
incomoda.
—¿No dirás
nada?
—Negó con la
cabeza.
—La soltó.
—Se giró a verlo acercándose
mucho a su rostro—No te preocupes no diré nada —sonrió.
—El vio su sonrisa y se sonrojo
desviando la mirada—G-gracias.
—Ya nos habíamos visto antes
¿verdad? —lo miro juntando sus manos.
—Ah, si —respondió algo
nervioso y seguía sin verla.
—Es un placer —alzo su mano
para saludarlo—Me llamo Giselle.
—Y-yo, s-soy, William Wonka
—dijo y respondió el saludo aun nervioso y sonrojado.
—¡Oh, créeme! —Alzo la voz
emocionada—Se muy bien quien eres.
—¿Qué? —exclamo confundido >>Esta niña es extraña, siento que la conozco de toda la vida<< su
corazón dio un pequeño brinco.
—Tu padre es muy estricto
¿verdad? —hablo segura de sus palabras.
—Lo es —bajo la mirada muy
serio.
—Bueno los padres son así, pero
también recuerda que tu padre te quiere a pesar de no demostrarlo—dijo
sonriendo.
—¿P-por qué me dices eso? —le
cuestiono viéndola algo confundido—No entiendo muy bien.
—Olvídalo yo me entiendo
—sonrió viéndolo—¿Ese aparato dental que tienes, es incómodo verdad? —se acercó
y lo toco un poco.
—Sí, p-pero —tartamudeo algo
nervioso alejándose—Mi padre dice que valdrá la pena cuando sea adulto, tendré
una dentadura envidiable.
—Y un éxito envidiable
—concluyo la pelirroja mirándolo a los ojos.
—¿Qué? —apenas y pronuncio y
fueron interrumpidos por su padre.
—¡William! —Grito el hombre con
uniforme blanco—¿Qué haces hablando con un cliente?
—Ah, perdón padre,
estaba..
—¡Ve a tu habitación! —Le
señalo las escaleras y se giró a ver su mochila abierta, notando algo, ahí
adentro—¿Qué es eso? —Se acercó a sacar las cosas de la mochila de su hijo,
descubriendo una bolsa llena de dulces—Lo sabía.
—¡No, padre, no es lo que
crees! —se acercó el niño y lo toco del brazo.
—El Dr.Wilbur suspiro
pesadamente y vio a Giselle de reojo—Niña usted y su tía ya pueden
retirarse.
—Llego Celeste con un semblante
serio—Si, pequeña vámonos —tomo a la pelirroja del brazo sacándola de la
casa.
—¡P-pero Willy..! —le grito a
su hada madrina apuntando la puerta de la casa ya cerrada.
—Olvídalo, no podemos proceder
tan rápido con el plan, apenas estamos empezando.
—Suspiro—Pobre de Willy, su
padre es muy malo —dijo con un semblante serio, mientas se alejaban de la
casa.
—Sí, ya me di cuenta —asintió
haciendo gesto de fastidio—Debe pasarla muy mal todos los días.
—No lo deja comer dulces
—continuo Giselle—¿Cómo puede prohibirle eso a un niño?
—Pues el —respondió Celeste,
cruzaron la calle y se detuvieron, escondiéndose detrás de un árbol—Escucha, ya
está oscureciendo y debemos encontrar un lugar donde dormir.
—Y tengo hambre —se quejó la
pequeña tocando su estómago.
—Ya te comprare “combustible”
de los humanos
—Se llama “comida” Celeste —la
corrigió Giselle riendo algo divertida.
—Sí, si eso —frunció el ceño
haciendo sus ojos en blanco—Vámonos, o nos empezaremos a ver
sospechosas.
El hada madrina, buscaba un
lugar donde dormir, encontraron una casa abandonada, alejada de las otras casas,
Celeste la eligió, para dormir, usando su magia, la limpio y la decoro a sus
gustos, dándole todo lo que una casa tiene; Camas, comedor, baños, cortinas,
todo.
Después de eso, Celeste salió a
comprar comida, por lo que dejo a la pequeña Giselle encerrada en la pequeña
casa, mientras la niña estaba sentada en un sillón viendo hacia la ventana, de
nuevo estaba nevando, aunque no podía sentir los copos de nieve, ni sentir el
aire helado en sus mejillas, podía ver como copo por copo caía desde el cielo,
sus pequeños pies ni siquiera tocaban el suelo, se sentía algo extraña siendo
una niña de nuevo, pero le agradaba al fin a ver conocido a su esposo de niño,
es una experiencia que sin duda nunca olvidara, por un momento se le olvida que
está aquí para ayudar al jovencito de ojos violetas, convertirse en chocolatero,
¿Qué podría hacer? Primero debe hacerse su amiga.
En eso Celeste llego, sirviendo
la comida en la mesa, cenaron, posteriormente su hada madrina le comento algo
importante a su ahijada mientras se preparaban para dormir.
—Giselle en lo que hable con el
Dr.Wilbur, supe donde estudia su hijo, los horarios, todo, con el pretexto de
que quizás te inscribiría ahí —explico la mujer rubia y se recostó en su
cama.
—¿De verdad? —abrió sus ojos
algo impresionada.
—Sí, así que mañana, iremos, lo
veras antes de que entre a clases y cuando salga, recuerda debes de hacerse su
amiga.
—Sí, lo sé, pero es que —bajo
la mirada pensativa—Es muy callado, no se parece en nada a Willy
adulto.
—Bueno ahora es un niño, uno
cambia con el tiempo —entre cerro los ojos viéndola y se volteo cubriéndose con
una colcha—Ahora ve a dormir.
—Si —algo seria se acostó y se
tapó hasta la cabeza.
.
.
Amaneció, Celeste Y Giselle
después un rato, fueron directo a la escuela en donde estudiaba Willy, al
parecer aun no entraban a clases, pero las puertas estaban abiertas, la mujer
adulta rubia llego tomada de la mano de la pequeña niña de cabello rojizo, en
el instante en que entraron a la escuela a Celeste se le ocurrió
algo.
—Giselle —la llamo con una
sonrisa.
—¿Si?
—Voy a decirle a los encargados
de esta escuela, que eres una estudiante de intercambio y que primero quieres
conocer la escuela —asintió decidida.
—No es mala idea —abrió sus
ojos y sonrió satisfecha.
La hada madrina de la pequeña
doncella, la había dejado sentada en una pequeña banca blanca cercas de la
entrada principal, diciéndole que iría a hacer lo que se le ocurrió, hacerse
pasar por una “estudiante de intercambio” no era mala idea, este día podía estar
en la misma escuela y en la misma clase que Willy, así podía pasar más tiempo
con él, ella tarareaba una canción mientras movía sus pies que colgaban de la
alta banca, por supuesto no podía tocar el suelo, era muy pequeña de estatura,
luego de unos minutos comenzaron a llegar niños, entrando ya sea corriendo o
riendo junto a otros compañeros, escucho las risas de unos niños que estaban a
punto de cruzar la puerta.
—No olviden, que hoy en la
noche es Halloween así que ya saben—se escuchó la voz de un niño, que ella había
escuchado antes—Así que nos reuniremos afuera de la casa de Willy, para ir a
pedir dulces.
Escucho Giselle y rápidamente
corrió hacia la entrada >>Deben de estar por entrar, él debe de estar con
ellos<< pensó en sus adentros y llego rápidamente a ellos, no pudo frenar
sus pies a tiempo y choco con el niño que llevaba un aparato en sus
dientes.
—¡Ah! —se quejó el pequeño
Willy en el suelo y abriendo sus ojos la vio de nuevo —Oh,
G-giselle..
—Se puso de pie sacudiendo su
falda—Perdón, no vi por donde iba —se disculpó y le estiro la mano para ayudarlo
a levantarse—Nos encontramos otra vez —le sonrió radiantemente.
—Si —respondió y tomo su mano,
levantándose del suelo para luego verla a los ojos, sin soltar su mano—¿Qué
haces en esta escuela?
—Soy estudiante de intercambio
y..
—¡Willy, ¿qué paso?! —le
cuestiono el niño alto acercándose y por detrás lo siguieron las dos anteriores
niñas que la pelirroja había visto antes.
—Ah, nada Terrans —lo miro
Willy algo nervioso—Solo choque con..
—¿Quién es ella? —continuo
preguntándole Terrans acercándose.
—¡Oh! —Volteo a verlos Giselle
sonriendo ampliamente y los saludo agitando su mano alegre—Soy
Giselle.
—Si —confirmo Willy viéndola de
reojo—Pero es..
—Terrans noto que estaban
tomados de la mano—¿Y es tu novia? —hizo una cara picarona y alzo una
ceja.
—¡¿Qué?! —Sobresalto el joven
con “brackest” sonrojado hasta las orejas—¡N-no..!
—Sí, si lo es —afirmo una de
las niñas riendo divertida.
—Él se volteo a ver a la niña
pelirroja y soltó su mano algo extasiado—¡N-no es m-mi novia! —Tartamudeo—Ella
es..
—Soy una amiga —les respondió
la doncella sonriéndoles—Vengo aquí como estudiante de
intercambio.
—¿Estudiante de intercambio?
—repitió Terrans alzando las cejas—Interesante.
—Es un gusto Giselle—Le hablo
una de las niñas—Yo soy Verónica—la vio de pies a cabeza—Tu color de cabello es
muy extraño, pero es bonito, no he visto a mucha gente
pelirroja.
—Gracias —dijo la doncella sin
borrar su sonrisa.
—Y yo soy Ruthi —le sonrió la
otra niña quien estaba escondida detrás de Verónica—Somos “amigos” de
William.
—¿Así? Es un gusto conocerlos
—seguía sonriendo la pelirroja y aun lado de él estaba Willy algo
serio.
—Bueno—Hablo Terrans
acercándose a ellos—Hoy en la noche iremos a pedir dulces, si quieres puedes
venir con nosotros ¿eh? —le sonrió y se giró a ver al par de niñas—Es hora de ir
a clases —les indico la entrada y las dos niñas lo siguieron por
detrás.
—Willy —lo llamo Giselle
viéndolo de reojo—La mentó si ayer te provoque problemas, no debí abrir tu
mochila, realmente a él no le desagradan los dulces.
—N-no tienes que disculparte
—dijo tartamudeando un poco y sin verla—Él siempre es así —se giró a verla por
unos segundos—Bueno, ya me voy a clases —dio media vuelta y se encamino a
entrar.
Después de unos segundos la
niña también corrió a la entrada, llegando se encontró con Celeste quien se le
veía satisfecha, la tomo de la mano y la sentó en una banca, mirándola cara a
cara.
—Ya está todo arreglado,
estarás aquí como estudiante y te enliste en la misma clase que Willy —le
sonrió.
—¿De verdad?
—Sí, ahora ve a clases, no te
preocupes, yo estaré aquí por si necesitas ayuda, desapareceré y me
transformare de nuevo en mi forma real de hada, para vigilarte.
—¿Pero si alguien te ve volando
por aquí?
—Descuida, solo las personas
que han hablado conmigo en mi forma original pueden verme, así que no hay de qué
preocuparse
—Oh Celeste —dijo
asombrada—¿Hay algo que no puedas hacer?
—Pues…—miro a los lados
pensando—No puedo aparecer comida.
—Rio
divertida.
—Anda, ya, ve a clases —le
indico y le señalo el salón que por suerte estaba cerca.
—¡Sí! —alzo sus manos
emocionada y corrió a la entrada del salón de clases.
Al llegar muchos niños jugaban
y otros estaban sentados en sus banquillos escolares, al parecer nadie había
notado su presencia, bueno eso hasta que un niño se giró a verla y le
grito.
—¿Qué haces aquí niña? —le
pregunto desde lejos.
—Ah —pronuncio sonriente la
pequeña doncella—Soy estudiante de intercambio, vine a las clases con
ustedes.
Varios niños se acercaron,
sintiéndose algo cautivados por la innegable belleza de la niña de ojos azules,
además de su peculiar cabello rojo, que al parecer era extraño ver una persona
con ese color de cabello en el pueblo, muchos la saludaron y otras niñas se
sentían algo celosas, por otro lado en una banquilla Willy estaba sentado
leyendo un libro de Odontología, al parecer su padre había influenciado mucho en
él, ignorando a todos los demás, ni si quiera estaba con sus “amigos” que
anteriormente Giselle había conocido, parecía alejado del resto de los niños y
no es que fuera frio,si no que simplemente su actitud madura y tranquila no
encajaba con la de los demás, Giselle clavo su mirada en aquel niño con ese
extraño aparato dental en sus dientes y ojos violetas, alzo su mano para
saludarlo, alejándose del resto de los niños, llegando a donde estaba Willy
sentado.
—¡Hola Willy! —sonrió la niña y
recargo sus manos en la pequeña mesa de madera individual, en la cual el niño
recargaba su libro, ella lo encaro sonriendo.
—¿Eh? —abrió sus ojos algo
asustados viéndola sin querer, fijamente >>E-está muy cercas, me pone
nervioso esta extraña chica<< sintió como su corazón se aceleró, sus
mejillas se sonrojaron, desvió la mirada y tocio—H-hola.
—Estaremos juntos en este día
de clases ¿no es genial? —le comento y acerco un banquillo junto con la pequeña
mesa de madera, juntando muy cercas la banquilla aun lado de la de el,
sentándose y lo vio de reojo sonriendo.
—Él se giró a verla y por
alguna extraña razón le sonrió aunque por su aparato en los dientes no se notaba
mucho—S-si, es genial —la miro fijamente a los ojos perdiéndose en
ellos.
—¡Terrans ¿saca a este perro de
aquí! —le grito su compañera Verónica algo asustada alejándose le
animalito.
—Ahorita lo saco, mi padre
vendrá en unos minutos, además el maestro no ha llegado—dijo divertido
acariciando al perro.
—¡Oh, un perito! —grito Giselle
bajándose de su banquillo corriendo y se acercó al perro a acariciarlo, para
después empezar a hablarle—¿Cómo estas perrito? —pregunto mientras lo veía y el
perro ladro varias veces—Pues ten más cuidado cuando juegues por la calle —le
respondió la niña al perro y muchos se asustaron y otros
rieron.
—Willy vio la escena con la
boca abierta impresionado >>¿¡Habla con los animales!?<< pensó en
sus adentros y la observaba desde la distancia.
—¡Wow Giselle, hablas con los
animales! —grito una niña y los demás se acercaron asombrados.
En eso llego la maestra,
Terrans de inmediato saco el perro, la maestra con un semblante serio, llego con
su maleta colocándola encima de su escritorio y aplaudió tres veces mirando a
los niños.
—¡Muy bien ya va empezar la
clase a sus lugares!
Pasaron los minutos, la maestra
les explico un tema de biología, después les aplico un ejercicio, que era en
parejas, todos los niños escogieron a su pareja, para hacer el trabajo, Terrans
hizo equipo con otro niño de ahí, Verónica con Ruthi, y Willy estaba sentado
leyendo el ejercicio solo, en eso Giselle acerco su silla pegándose mucho a él y
le sonrió mirándolo de reojo.
—Willy, hagamos equipo —le
ofreció sin dejar de sonreír.
—Ah…—se giró a verla sonrojado
y sonrió leve—Sí, claro —acepto bajando la mirada algo apenado y se concentró en
su libreta con los apuntes.
—¿Te gusta leer?
—Algo, bueno de vez en cuando
leo libros de Odontología.
—¿Odontología? —Frunció el
ceño—¿No sería mejor, leer libros sobre los dulces? —le sonrió palmeando su
hombro.
—¿Qué?,no, mi padre odia los
dulces, jamás me dejaría leer un libro sobre ellos en casa —la miro algo
desanimado.
—Bueno.. —desvió la mirada y
debajo de sus rodillas noto unas chispas y polvo brillante azul, apareció
Celeste en su forma original, y moviendo su barita le apareció un libro sobre la
elaboración y creación de los dulces colocándolo sobre sus pequeñas piernas
debajo de la mesita de madera.
—Ten, dale esto —le dijo en voz
baja y desapareció.
—>>¿Cómo consiguió esto?,
bueno no importa<< pensó y se giró de nuevo a ver al niño de ojos violetas
y tomo el libro en sus manos—Pero igual quiero darte esto —le sonrió extendiendo
sus brazos y entregándole el libro en sus manos.
—Oh ¿Es para mí?
—Sí, ya que te gusta leer y tu
padre no te permite comer dulces, al menos sabrás como se hacen —lo vio
fijamente algo satisfecha.
—Bueno, en realidad no debería,
ya que si mi padre se entera..bueno, como es un regalo no puedo rechazarlo —dijo
algo desconcertado guardando el libro en su mochila y se giró a verla—Gracias
—pronuncio con esa voz que parecía que siempre balbuceaba.
—De nada —cerro sus ojo
sonriendo.
.
.
En el
presente:
Charlie estaba algo molesto con
su padre, ahora todo mundo sabe que Willy no recuerda cómo hacer dulces, pero
pueden arreglarlo y hablar bien con los medios de comunicación, decidió ir a ver
a su amigo y mentor, abrió la puerta de la habitación entrando, dándose cuenta
que el chocolatero seguía dormido, sobre su pecho una fotografía de el mismo
cuando era niño, Charlie se acercó y se asomó, le parecía extraño que tuviera
esa fotografía pero prefirió no mover nada, se sentó en una silla que estaba muy
cercas de la cama, tomando asiento, guardando silencio, veía al hombre dormir
plácidamente, era malo saber que su amigo tenia amnesia, no recordaba lo que más
le apasionaba pero era triste, ver que no reconoció a su esposa, si él se sentía
mal, se imaginaba el profundo dolor de Giselle, que ocultaba a través de una
radiante sonrisa, diciendo que ayudaría a recuperar su memoria, realmente lo
amaba, esperaba y tenía esperanzas de que su mentor y amigo, recuperara su
memoria, recordara lo que lo llevo a lo que es ahora: El mejor chocolatero y
fabricante de dulces del mundo y por supuesto, que recordara a esa mujer que lo
hizo hacer cosas que él jamás se había imaginado que fuera capaz de hacer, como
por ejemplo lanzarse solo a su querido rio de chocolate por que el anillo de
rosa, había “caído “aparentemente ahí, mientras pensaba el pequeño, el teléfono
de la habitación sonó, estaba puesto sobre una pequeña mesa de madera del otro
lado de la cama, Charlie se puso de pie y rodeo la cama, tomando el teléfono y
colocando la bocina en su oreja derecha.
—¿Hola? .
—Charlie Bucket —se escuchó una
voz familiar para el niño de ojos verdes.
—¿Dr.Wilbur? —Alzo las cejas
algo impresionado—¿Qué pasa?
—¿Es verdad lo que dijeron en
las noticias? —le cuestiono con voz firme y dura.
—Ah, eso.. —desvió la mirada
resignado—Si, señor, Willy perdió la memoria..
—¿Pero cómo fue eso?
—Vera, hubo un error en la
mezcla de un dulce y Willy alcanzo a aspirar el olor que desprendía, después de
unas horas colapso, para después despertarse y ya no recordaba cómo hacer
dulces.
—¿Dónde está
ahora?
—Se encuentra dormido, porque,
bueno es una larga historia, pero no se preocupe, estará bien, recuperara la
memoria, me lo aseguro Giselle Wonka y yo creo en ella.
—Suspiro—Esta bien, confiare en
ustedes, el viernes lo veré, en la presentación del dulce, ¿está
bien?
—Sí, hasta entonces —colgó,
giro su cabeza viendo al chocolatero dormir, parecía soñar porque de repente
hacia unos gestos extraños >>Me pregunto ¿Qué estará soñando?<< pensó y después se retiró de la habitación.
.
.
En el pasado:
Al terminar las clases, ya
estaba atardeciendo, el pequeño Willy caminaba a la salida, mientras que Giselle
lo seguía por detrás, tenía que acercarse más a él, debía hacerlo, se notaba que
su padre estaba influenciando mucho en él, si en el presente el ya no recuerda
cómo hacer dulces, pueden hacerlo recordar, empezando por donde nació esa
pasión, y claramente fue cuando el probo su primer dulce a que fue justamente un
día después de Halloween, debía hacer que eso que ocurrió una vez volviese a
pasar, la doncella sintió que tocaron su hombro, se giró a ver de pie, era
Celeste, de nuevo luciendo como una humana.
—Giselle, ¿Qué paso? Cuéntame.
—la miro fijamente muy interesada.
—Pues —desvió los ojos
serena—Creo que lo vi en más confianza conmigo, hablo más y acepto el regalo del
libro.
—Ah, qué bien.. —asintió
cruzada de brazos.
—Hoy en la noche, como es
Halloween irán a pedir dulces, y yo iré con ellos —sonrió.
—Bien, si podrás estar más
cercas, recuerda que debe probar el dulce.
—Si lo sé —se giró a ver por
arriba de su hombro, buscando con la mirada a Willy, estaba ya más lejos sentado
en una banca por la entrada de la escuela.
—Espérame aquí —dijo y se alejó
de la mujer que se hacía pasar por su tía, acercándose a paso tranquilo al
niño—Hola —pronuncio en tono dulce.
—¡Oh! —Se sobresaltó el
jovencito sentado con su mochila en el suelo cercas de sus pies y con el libro
que le había dado anteriormente, sobre sus piernas—H-hola —desvió la
mirada.
—Ese es el libro que te di —se
acercó sentándose a un lado de él, viendo el libro para luego clavar sus ojos en
él.
—Ah..s-si,lo es, solo leí un
poco, por curiosidad —la miro algo nervioso.
—Sonrió—Ya veo, espero y lo
leas, de verdad, sé que te va a gustar.
—S-si—tartamudeo y guardo el
libro en su mochila de nuevo—Te lo prometo —la miro sonriendo un
poco.
—¡Ah, ahí estabas!—le grito
Terrans desde lejos, acercándose a ellos—Uh, perdón estás hablando con tu novia
—Alzo una ceja con una sonrisa pícara.
—¡N-no es mi novia, Terrans!—le
reclamo algo sonrojado.
—Si, como sea —se incorporó el
niño de estatura alta—¿Si vendrás con nosotros a pedir dulces verdad? —aplico
énfasis viéndolo de pie al niño con “brackets”.
—Pues.. —desvió la mirada,
pensativo, soltó un suspiro, de nuevo viéndolo—No.
—¿No?
—¿Qué? —exclamo la doncella
viéndolo extrañada.
—Lo siento Terrans —continuo el
joven con corbata—Pero mi padre no..no me dio permiso y además —miraba a su
alrededor—No tengo disfraz.
—¡Bah, son excusas! —le grito
el niño alto molesto—Simplemente di que no quieres y ya.
—No quiero. —frunció el ceo
viéndolo.
—Como quieras —dio media vuelta
Terrans retirándose
—¡Ah,p-pero..! —tartamudeo la
pelirroja poniéndose de pie >>Mintió, su padre si le dio permiso<< pensó algo molesta y se giró a verlo, él estaba aún sentado—Creí que irías, yo
también iré.
—Pues que bien por ti, pero mi
padre —apretó sus manos sobre sus rodillas—N-no me dio permiso.
—¡Mientes, tu padre si te dio
permiso —le grito enojada cruzándose de brazos.
—¿Qué, como sabes que
mentí?.
—Porque yo…—>>Oh, es
verdad, él no sabe que escuche su conversación con su padre<<—D-digo
—agito su cabeza— P-porque vi en tus ojos que mentías, simplemente lo sé —sonrió
algo nerviosa.
—Bajo la mirada—No me gusta
mentirles, pero..no me da buena espina esto, así que por eso le dije que
no.
—¿Ah, así eres de negativo? —Se
agacho mirándolo frente a frente—¡Todo saldrá bien!, vamos, no pasara nada, será
divertido—le sonrió.
—Es que —balbuceó con la mirada
baja.
—Ella tomo sus manos y lo vio a
los ojos—¡Vamos William!.
—A-ah —tembló y se sonrojo de
nuevo, al ver su rostro muy de cercas, miro hacia un lado, para luego verla de
nuevo—Esta bien.
—¡Si! —grito la chica y dio
saltos agitando sus brazos emocionada.
—Sonrió viéndola fijamente >>¿Quién eres? Siento que, te he visto antes, esto..<
.
.
Llego la noche de Halloween y
los pequeños llegaron a la casa de Willy, Verónica estaba disfrazada de Ángel,
Ruthi de bruja, Terrans de Pirata, llegaron tocando el timbre de la casa de los
Wonka, Willy salió abriendo la puerta, saludándolos, asomándose más allá, arriba
de las cabezas de sus “amigos” buscando a Giselle.
—¿Y tu Novia Willy? —le
pregunto divertido Terrans notando que era muy obvio que la
buscaba.
—Ya te dije que no es mi novia
—respondió algo molesto y se colocó la sábana blanca encima, cubriéndose
completamente, era un fantasma.
—Pues no vino, ya mejor
vámonos, si no los demás nos ganaran las casas —comento alegre Verónica
corriendo a la calle.
Los jóvenes caminaron por las
calles, llegando a varias casas a pedir dulces, al igual que muchos otros niños
disfrazados, cargando sus calabazas de plástico llenas de dulces, Willy en su
calabaza ya cargaba con muchos dulces, pero no se atrevía a comer uno,
simplemente aunque tuviera muchas ganas, no podía, ciertamente si Giselle no lo
hubiera convencido el no estuviera ahora en casa por casa pidiendo dulces, por
dentro quería que ella estuviera aquí, esa niña era realmente extraña, pero era
maravillosa, nunca la había visto por aquí, debe de ser nueva en la colonia, era
tan bella como peculiar.
Llegaron a una casa, tocando el
timbre, la puerta fue abierta y saliendo de esta, una mujer adulta y regordeta,
cargando un plato lleno de caramelos con una sonrisa.
—¡Dulce o truco! —gritaron
todos en unísono.
—¡Oh! —exclamo entre risas la
mujer viendo a todos los pequeños—¿Qué tenemos aquí? —miro a cada niño con
serenidad—Ruthi, Verónica, Terrans.. —Cambio su semblante a uno de extrañeza—¿Y
miren eso quién es?.
—El niño de ojos violetas se
quitó la sábana blanca de su cabeza descubriendo su rostro con una
sonrisa.
—¡El pequeño Willy Wonka!
—descubrió la mujer riendo divertida.
Giselle caminaba por las mismas
calles, disfrazada de Hada, curiosamente el vestido era igual al de Celeste, era
más que evidente que ella le concedió el disfraz por magia, Celeste de nuevo
estaba en su forma original volaba arriba de las casas siguiendo los pasos de la
niña, solo vigilando y esperando a que la pelirroja necesitara su ayuda,
mientras el hada miraba desde abajo a su ahijada pensó muy seriamente >>¿Cómo estarán allá en el presente? Espero y no haya problemas, estamos
haciendo esto para que su esposo recupere la memoria de hacer dulces…pero ¿Qué
hay de ella? Tampoco la recuerda y esto lo hacemos solo por lo de los dulces,
entonces ¡¿Cómo va a recordarla a ella de nuevo?! No pensé, bueno no pensamos en
eso<<.
.
.
En el
presente:
Charlie después de hacer su
tarea, se encontraba en el salón de inventos, ya era jueves por la tarde,
continuaba con el proyecto del “Dulce de la memoria” aunque ahora sin su mentor,
era esto más complicado, de nuevo trabaja en la preparación de la mezcla, ya con
nuevo material, aunque no estaba totalmente concentrado, pensaba en Giselle y su
hada madrina, ya estaban tardando en regresar ¿Y si les paso algo? ¿Qué tal si
Willy despierta, no les pasara nada ellas, no les afecta? Tenía muchas preguntas
y sin respuesta, decidió dejar eso pendiente, y concentrarse en el
proyecto.
En la habitación de Willy, el
chocolatero seguía inconsciente, pero no fue hasta después de unos minutos que
movió uno de sus dedos, estaba teniendo una especie de sueño, en su mente,veía
todo un panorama de nieve cayendo del cielo, él estaba de pie, en bata, mientras
veía de lejos a un niño con aparato dental,en traje, de pie mirando al cielo muy
pensativo, el no entendía bien porque estaba así el pequeño,pero se dio cuenta
que era el cuándo era muy joven, de pronto vio una niña de cabellera rojiza,
parecía un ángel, corriendo, paso en medio de ellos riendo y al parecer
tarareaba una canción, Willy wonka cerro lo ojos de pie, escuchando la dulce voz
de la niña,le parecía familiar esa dulce voz,pero no podía recordar bien, poco
después abrió sus ojos y su otro yo, de niño, ya no estaba, solo había nieve
cayendo por todos lados, de mucho más lejos, noto la figura de una mujer con
vestido azul, su cabello igual rojo, resaltaba del panorama totalmente blanco,
sintió su pecho arder, su corazón estaba latiendo como loco.
—¡¿Quién eres?! —le grito el
chocolatero desde su distancia, pero la mujer no respondió, no podía ver su
rostro, parecía desvanecido, es decir que veía todo su cuerpo y radiante
cabello,pero no podía ver su rostro.
Poco a poco la mujer se acercó
a él, pudo leer en sus labios algo, ella dijo:
— “Jamás estarás solo,
porque yo siempre estaré contigo, por toda la eternidad”.
Cerro de nuevo los ojos, porque
la mujer se desvaneció a través de una luz azul brillante, iluminando todo el
lugar, de nuevo todo se oscureció, parecía estar ahora en una habitación oscura,
su cuerpo podía estar inconsciente pero su mente y corazón estaban despiertos,
de nuevo estaba el en bata, se dejó caer al suelo, de rodillas, no podía ver
bien, era una oscuridad profunda.
—¿Dónde estoy, quien era ella?
—se preguntó y toco su pecho, de pronto le vinieron voces, era la voz de su
padre, se escuchaba fuerte y clara, de todas esas veces que lo regañaba, cuando
le prohibía no comer dulces.
.
.
En el pasado:
Giselle había encontrado a ese
niño de ojos violetas, se encontraba ahora solo, sentado en una banca, con la
calabaza de plástico repleta de dulces sobre sus piernas, estaba cercas de su
casa,la niña se acercó a él, mirándolo de pie sonriendo.
—¡Willy, que cantidad de
dulces! —Grito emocionada—Yo no he ido a pedir ,creo que los demás me ganaron,
¿Por qué no pruebas un dulce? Anda tu padre no está aquí.
—No decía nada, se mantenía con
la mirada baja.
—¿Qué pasa? —se borró su
sonrisa y lo miro algo asustada.
—¿Quién eres? —le cuestiono
alzando su mirada y se puso de pie sosteniendo la calabaza de
plástico.
—¿Qué? Ya te lo dije, vivo aquí
en este pueblo y como estudiante de intercambio en tu escuela.
—¡No! —Grito negando—Eso no,
¿Qué eres mío y por qué insistes en que pruebe un dulce cuando lo tengo
prohibido?
—Lo miro seria >>Sabia
que esto pasaría, después de todo es Willy, es inteligente y si le digo la
verdad, que llegue aquí por magia no me creerá<<;—Soy, Giselle —hizo una
pausa y continuo sin dejar de verlo—Y soy tu amiga y te quiero.
—Al escucharla, se sonrojo y
frunció el ceño algo molesto, acercándose a un bote de basura cercas, apunto de
tirar los dulces ahí, pero la pelirroja lo detuvo.
—¡No lo hagas! —le advirtió
tomándolo de los brazos algo alterada.
—¡¿Por qué?! —le pregunto y
trataba de zafarse de su agarre.
—¡Si lo haces, en un futuro no
serás tú! —grito cerrando sus ojos.
—Se detuvo, quedando
congelado—¿D-de que hablas?
—Lo soltó y se colocó enfrente
de el con un rostro afligido.
—Los dulces son lo mejor del
mundo —dijo sin dejar de verlo a los ojos, estaba a punto de llorar—Y un día —se
limpió las lágrimas que estaban por salir y continuo alzando su barbilla
sonriendo levemente—¡Tu Willy wonka, sé que serás el mejor chocolatero del
mundo!
—¿Chocolatero? —repitió
confundido y a la ves extasiado.
—Si —sonrió y se acercó más a
el—Lo serás algún día —en su cabeza escucho la voz de Celeste, le dijo: “Ya
es hora Giselle,lo hemos conseguido, estoy segura que él no se deshará de los
dulces, ira a su casa, su padre le quemara los dulces, pero sobrevivirá un
chocolate, él lo probara y ahí es donde iniciara su pasión por ser Chocolatero,
pero..” —¿Pero? —dijo en voz baja viendo que el niño y toda las demás gente
que pasaba estaba congelada, como si el tiempo se hubiera detenido por unos
segundos—“No encuentro la manera de que el té recuerde a ti de nuevo, lo
siento” —N-no importa —cerro sus ojos y empezó a derramar lágrimas en
silencio— Solo quiero,que el de nuevo tenga esa pasión por lo que ama, los
dulces, si no, no sería el, no sería mi Willy, solo eso quiero, porque lo
amo.
Esas palabras resonaron en todo
el pueblo, de nuevo la gente comenzó a moverse, todo en su curso normal,el Willy
niño la miro algo asombrado y dijo.
—Y-ya me voy a casa —le sonrió
y tomo su mano derecha besándola tierna mente—¿Te volveré a ver?
—Ella se limpió las lágrimas y
sonrió amplia mente—Si, te prometo que, nos volveremos a ver en un futuro, Willy
Wonka.
—El noto un anillo peculiar en
su dedo,era un anillo de oro con una rosa color rosa incrustada—¿Y eso? —apenas
dijo antes de que la chica se diera cuenta.
—Ah, eso —>>>Olvide que lo
tenía puesto<<—Bueno, es el tesoro más valioso que tengo, por que la
persona que más amo en el mundo me lo dio —dijo y escucho de nuevo la voz de
Celeste : “Es hora de irse, Giselle”, sintió como su cuerpo, estaba
desprendiendo brillos azules, parecía una chispa.
—¿Y Quién es esa
persona?
—Giselle no le respondió solo
sonrió soltando una pequeña risa y lo abrazo, el apenas y
correspondió.
El niño cerro los ojos, puesto
que la luz lo cegó, cubrió su rostro con sus antebrazos para después abrir de
nuevo sus ojos y la niña ya no estaba, miro hacia los lados, le dolía un poco la
cabeza, sorpresivamente estaba en la puerta de su casa, apunto de
entrar.
—¿Qué paso?
—Desconcertado—¿M-me lo habré imaginado? —se cuestionó, sosteniendo aun los
dulces,su pulso ya estaba normal, se sentía normal en todos los sentidos, siguió
dudoso, pero luego le restó importancia y giro la manija de la casa para
entrar.
.
.
Ahora ya en el
presente:
Willy wonka seguía
inconsciente, de nuevo estaba perdido en su sueño, ahora él estaba de pie,
viendo de lejos, la gran escena, de cuando el probo su primer dulce, su padre lo
había puesto a limpiar la chimenea, el pequeño Willy de rodillas usando un
cepillo, barriendo las cenizas, noto una pequeña bola envuelta en aluminio, la
tomo en sus manos y desprendió la envoltura, dándose cuenta de que era
chocolate, algo ansioso, mordiéndola, al fin probando su sabor, de ahí, continuo
su investigación de los dulces y el chocolate, anotando de que estaban hechos y
pensando en cómo mejorarlos, después llego el día en que él le dijo a su padre
que quería hacer en el futuro, estando enfrente de su padre cercas de la puerta
de la salida de la casa.
—Los dulces son una pérdida de
tiempo —se escuchó fuerte y clara la voz de su padre, el Willy adulto veía la
escena como si estuviera ahí, Celeste tenía razón, estaban conectados, el veía a
su padre de lejos, estaba molesto y continuo—No permitiré que mi hijo sea
chocolatero.
—El niño con una gran
determinación dijo—Entonces huiré, a Suiza,a Bavaria, a las capitales
chocolateras del mundo —frunció el ceño viendo al hombre de cabellos
blancos.
—¡Muy bien hazlo, pero no me
busques cuando vuelvas! —exclamo con ira el Dr.Wonka.
—El niño tomo su mochila y
salió de su casa cerrando la puerta con fuerza.
—El hombre con bata blanca
apretó sus guantes, con impotencia.
Después parecía como si había
pasado una tormenta enfrente de él, recordó los dulces, sintió como esa pasión y
afición por los dulces y el chocolate regreso a su mente, su elaboración, la
esencia, todo, abrió sus ojos finalmente en el presente, extasiado y de
sobresalto, levanto su espalda del colchón, sentado, sintió como alguien lo
rodeo en sus delgados brazos, era Giselle, el recargo su barbilla en su hombro y
respiraba agitad amente.
—Willy —pronuncio Giselle en
tono bajo, abrazándolo.
—¿Qué me paso? —cuestiono
dudoso viendo a su alrededor, estaba en su habitación.
—Es una larga historia pero, lo
importante es, que..
—¿Y quién eres? —continuo
preguntando confundido y con un rostro de susto.
La joven fue interrumpida,
porque la puerta del cuarto se abrió de trancazo, Charlie estaba respirando
agitadamente al parecer había venido corriendo al enterarse por Celeste que
habían llegado y logrado su objetivo, al igual que el Sr. Y la Sra.Bucket,
también entraron a la habitación algo sorprendidos.
—¡Wonka! —grito Charlie
acercándose, la pelirroja se separó del chocolatero y le abrió paso a los
Buckets alejándose.
—Oh, Charlie —le sonrió el
hombre de cabello castaño y toco su hombro.
—¿Ya estás bien, recuerdas los
dulces? —le pregunto algo ansioso.
—Si Charlie,¿Por qué
preguntas,que me paso? —Le pregunto curioso, al parecer no sabe nada de lo que
paso después de que la chica lo dejo inconsciente.
—Bueno, inhalaste la mezcla del
“Dulce de la memoria”, afectándote, habías olvidado hacer dulces, pero Celeste y
Giselle regresaron al pasado donde nació tu pasión por ello y ayudaron a que
marchara bien, sin cambiar las cosas, al final lo lograron.
—¿Quién es Giselle? —les
cuestión y los padres de Charlie guardaron silencio.
—¿Qué? —exclamo asustado
Charlie >>Todavía no la recuerda,por qué?<<—¿Preguntas quien es
Giselle?
—El nombre de Giselle
—respondió Willy viéndolo serio—Fue lo primero que recordé al despertar, pero no
puedo recordar su rostro.
—Bueno ella es mi amiga y.. es
tu es.. —la chica lo interrumpió.
—¡Charlie! — lo llamo la
doncella, el niño se giró a verla y ella solo negó con la cabeza con su rostro
afligido, viendo a su esposo de lejos, guardo silencio dándole la
espalda.
—Giselle —pronunciaron el
unísono los padres de Charlie viendo a la chica con lastima.
—Willy observo fijamente a la
chica de perfil >>Giselle,ese nombre me suena<< pensó con un rostro
extrañado y confundido.
—La chica se giró a verlo le
sonrió y dijo—Es bueno volver a verte como antes, aunque ya no sepas quien soy,
yo jamás te dejare solo, porque siempre estaré contigo, por toda la eternidad
—dijo y se retiró de la habitación.
Todos guardaron silencio,
Charlie se giró a ver a Willy quien aun con un rostro de entre miedo y
confusión, se levantó, saliendo de la cama, poniéndose su sombrero de copa,
notando que la chica había dejado el marco de la foto de el de niño encima de la
mesa de madera que estaba aún lado, y arriba del marco, dejo el anillo de rosa,
el tomo el anillo viéndolo detalladamente, mirando alrededor, de nuevo le dolió
un poco la cabeza, le llegaron recuerdos de su anterior sueño, esa mujer
misteriosa de cabello rojo, encerró el anillo en su mano, al hacerla puño, soltó
un suspiro viendo hacia la puerta.
—¿Willy? —le hablo Charlie
acercándose algo preocupado, de nuevo el parecía que estaba en otro mundo, era
normal en él, pero esta vez se veía diferente, por qué vio como el chocolatero
toco su pecho, justo donde estaba su corazón.
—Él no le respondió y salió
corriendo de la habitación, los Buckest lo siguieron por detrás, curiosos de que
¿Qué le pasaba y a dónde iba?.
Willy wonka, tenía en su mente sus dulces, elaboraba los dulces a través de lo que su corazón sentía, pero su
corazón,ahora, era simbólicamente una mujer, una bella y maravillosa mujer, de la que
él estaba profundamente y verdaderamente enamorado, de cabello rojo y ojos azules, que parecía
una doncella, esa era Giselle y sin ella, él no puede hacer los dulces que todo
mundo alababa, al correr por los pasillos, mientras buscaba con la mirada a la
chica, se le venían todos los recuerdos, lo que pasaron juntos, desde el momento
en que la conoció, cuando le dio un tour por su fábrica, cuando se besaron por
primera vez, cuando bailaron juntos, el momento en que la tomo en sus brazos en
medio de una tormenta de nieve, pensando que la iba a perder, ese instante en
que se arrodillo ante ella y le enseño el anillo, ese dichoso anillo de oro y
con incrustación de una rosa, si, era ese anillo que llevaba ahora en su mano,
apretándolo fuerte para que no se le cayera, termino llegando al “cuarto de
chocolate”, la alcanzo, viéndola de espaldas, la tomo del hombro girándola para
verla cara a cara, el con un rostro de asombró, se acercó mucho a ella,
invadiendo su espacio personal.
—Willy —lo nombro y lo miro con
melancolía, tenía rastros de que había llorado.
—El pasó su pulgar por su
mejilla, limpiando la lagrima que había caído, mirándola fijamente, con sus
manos toco sus mejillas, tocando su bello rostro, acariciando su cabello y
viendo el color.
—Se sonrojo un poco, viéndolo
con los ojos bien abiertos—¿Qué pasa?
—Giselle.
—¿Eh? —alzo las cejas
confundida.
—Abrió sus violetas ojos y la
apunto con su dedo impresionado exclamando—¡Giselle!
—Sí, soy yo..¡Oh..¿me
recuerdas?! —fijo sus ojos en él, esperanzada.
—El tomo sus manos y sonrió
amplia mente mostrando sus perfectos dientes—¡Si, eres mi bella pelirroja, mi
esposa, mi musa, mi corazón! —le grito extasiado y feliz.
—¡Ah! —Grito alegre la chica
dando pequeños saltos de felicidad y se le lanzo encima, abrazándolo, cayeron
sobre el pasto de menta,al chocolatero se le cayo su sombrero—¡Willy, te extrañe, eres tú de nuevo, que alegría!
—grito cerrando sus ojos y apretándolos, derramando lágrimas.
—El correspondió su abrazo,
tirado en el suelo, ella estaba arriba de el, sonrojado—A mí también me alegra
recordarte y verte de nuevo, la miro a los ojos, acercándose a sus labios,
apunto de besarse.
Los buckets apenas llegaron
viendo la escena, de ambos excéntricos apunto de besarse, la Sra Bucket, le tapo
los ojos a Charlie, este solo rio un poco, Giselle se percató de su presencia y
se alejó algo apenada del chocolatero, Willy solo frunció los labios algo
molesto, por que interrumpieron su beso.
.
.
Al día siguiente, era viernes,
el día en que Willy wonka iba presentar su nuevo producto “El dulce de la
memoria” que al fin, había salido bien,Charlie y el habían trabajado duro y por un tiempo,asi que ambos estaban satisfechos puesto que al fin lo lograron,después de tantas molestias,Giselle estaba cercas del publico y la prensa,unos de los reporteros se acerco a ella algo extasiado y ansioso.
—¡Señora Wonka! —grito deteniendo su andar viendo a la pelirroja.
—Oh,reportero Fred —lo reconoció la doncella puesto que era uno de los que se dedicaban a dar las noticias relacionadas a Willy wonka y su fabrica—¿Que pasa?
—El Sr.Wonka,no lo veo aun por aquí,ya esta por empezar la conferencia.
—¿Eh,mi esposo aun no llega? —cuestiono confundida con sus ojos bien abiertos.
—No,debemos empezar ya,esta oscureciendo —decía en un tono de preocupación,giro sus ojos de lado— Y la verdad es que...¡Ahh! —hecho un grito asustado,ya que el chocolatero se encontraba aun lado de el con una sonrisa que extrañamente daba un poco de miedo—¡S-señor Wonka,no me di cuenta que..! ¿h-hace cuanto estaba aquí?
—Mi querido Fred,eso no importa,tenemos poco tiempo para la conferencia,así que ¡vamos a empezar! —dijo divertido y riendo tontamente emocionado,acercándose a Giselle sin borrar su sonrisa—Mi lady —la saludo tomando su mano y besando esta.
—Willy,estábamos preocupados ¿donde estabas? —le pregunto la pelirroja feliz.
—Revisando algo en la fabrica,pero ya todo esta bien —le sonrió y ella se acerco a el dándole un beso en la mejilla y el rió por debajo sonrojado,notando un flash de una cámara,se giro confundido viendo que el reportero Fred les tomaba fotos—¡Ah,deja de fotografiarnos,es incomodo!
—Usted perdonara Sr.Wonka, pero es que ambos lucen extremadamente bien juntos,solo unas cuantas mas por favor. —suplico apasionadamente.
—¡Ya basta! —grito algo molesto Willy dando la espalda.
—Cariño,tranquilo —le hablo Giselle con esa voz tan dulce y relajada—Solo son fotos —sonrio—Ademas sera mejor que ya inicies la conferencia.
—La vio a los ojos y sonrio—Tienes razón,
El chocolatero estaba ahora de pie, arriba de un pequeño escenario, afuera de su fábrica, en la entra precisamente, con sus gafas, vestido tan extravagante, con imágenes del dulce, el producto en físico arriba de una mesa, con su empaque original, mucha gente estaba viéndolo desde cierta distancia, bueno hasta donde los guardias los dejaban acercarse, los Buckets estaban por donde estaba el público pero en una zona más cuidad por los guardias, digamos “zona VIP”, y Giselle estaba muy cercas de Willy pero lo suficiente como para no ser ella el centro de atención, Wilbur Wonka estaba por donde se encontraban los Buckets, cruzado de brazos y con una ligera sonrisa en sus labios, muchos reporteros estaban fotografiándolo y escuchando las palabras del hombre con sombrero de copa.
—¡Señora Wonka! —grito deteniendo su andar viendo a la pelirroja.
—Oh,reportero Fred —lo reconoció la doncella puesto que era uno de los que se dedicaban a dar las noticias relacionadas a Willy wonka y su fabrica—¿Que pasa?
—El Sr.Wonka,no lo veo aun por aquí,ya esta por empezar la conferencia.
—¿Eh,mi esposo aun no llega? —cuestiono confundida con sus ojos bien abiertos.
—No,debemos empezar ya,esta oscureciendo —decía en un tono de preocupación,giro sus ojos de lado— Y la verdad es que...¡Ahh! —hecho un grito asustado,ya que el chocolatero se encontraba aun lado de el con una sonrisa que extrañamente daba un poco de miedo—¡S-señor Wonka,no me di cuenta que..! ¿h-hace cuanto estaba aquí?
—Mi querido Fred,eso no importa,tenemos poco tiempo para la conferencia,así que ¡vamos a empezar! —dijo divertido y riendo tontamente emocionado,acercándose a Giselle sin borrar su sonrisa—Mi lady —la saludo tomando su mano y besando esta.
—Willy,estábamos preocupados ¿donde estabas? —le pregunto la pelirroja feliz.
—Revisando algo en la fabrica,pero ya todo esta bien —le sonrió y ella se acerco a el dándole un beso en la mejilla y el rió por debajo sonrojado,notando un flash de una cámara,se giro confundido viendo que el reportero Fred les tomaba fotos—¡Ah,deja de fotografiarnos,es incomodo!
—Usted perdonara Sr.Wonka, pero es que ambos lucen extremadamente bien juntos,solo unas cuantas mas por favor. —suplico apasionadamente.
—¡Ya basta! —grito algo molesto Willy dando la espalda.
—Cariño,tranquilo —le hablo Giselle con esa voz tan dulce y relajada—Solo son fotos —sonrio—Ademas sera mejor que ya inicies la conferencia.
—La vio a los ojos y sonrio—Tienes razón,
El chocolatero estaba ahora de pie, arriba de un pequeño escenario, afuera de su fábrica, en la entra precisamente, con sus gafas, vestido tan extravagante, con imágenes del dulce, el producto en físico arriba de una mesa, con su empaque original, mucha gente estaba viéndolo desde cierta distancia, bueno hasta donde los guardias los dejaban acercarse, los Buckets estaban por donde estaba el público pero en una zona más cuidad por los guardias, digamos “zona VIP”, y Giselle estaba muy cercas de Willy pero lo suficiente como para no ser ella el centro de atención, Wilbur Wonka estaba por donde se encontraban los Buckets, cruzado de brazos y con una ligera sonrisa en sus labios, muchos reporteros estaban fotografiándolo y escuchando las palabras del hombre con sombrero de copa.
—Hola —saludo el algo incómodo,
ante tanta atención, pero decidió relajarse,sacando unos pequeños papeles que parecía tener anotado sus palabras, hablando a través de un
micrófono—Estoy feliz por este nuevo proyecto que es el mejor de este año y del
que sigue —dijo siendo algo arrogante—Solo les quiero decir que estoy seguro que les encantara, es un producto innovador, las personas que sufren de mala memoria sé que
les ayudara mucho, además de que tienen un exquisito sabor, así que ¡a comprar!
—grito alzando un poco sus manos,riendo tontamente y guardo los papeles dentro del bolsillo de su abrigo.
Todos aplaudieron hasta los de
seguridad, al mismo tiempo que un reportero de muy cercas le
grito
—¡Una pregunta! —Grito un
reportero alzando su mano y el chocolatero le concedió la palabra—Nos habíamos
enterado que había perdido la memoria, realmente esto nos sorprendió y nos
preguntamos ¿ahora puede recordar todo?
—Claro, no tenía idea de lo que
me paso pero mi familia, me conto todo, ¡qué barbaridad, casi olvido por
completo las dos cosas más importantes de mi vida! —exclamo Willy usando el
micrófono.
—¿Pero exactamente como
recupero su memoria? —le cuestiono otro alzando la voz para
escucharlo.
—Bueno —alzo su mirada
pensando—Pues mi mente tuvo mucho que ver, y mi corazón —se tocó el pecho y
continuo—Pero también me ayudo un poco la magia.
—Giselle de lejos lo escucho y
abrió sus ojos >>¿Este de verdad es Willy? a cambiado un poco<< —se preguntó
impresionada y sonriendo >>¿Ves?, la magia
existe<<
—¿Está tratando de decir que la
magia después de todo si existe? —continuo su pregunta el
reportero.
—Pues, si, parece que si—dijo
sonriendo—A veces la “magia” nos puede ayudar en ciertas cosas ¿no lo creen?
Muchos reporteros se miraron
extrañados, bueno no era de impresionarse esas palabras venían de Willy Wonka,y
estaba algo loco.
—De hecho me siento como nuevo,
siento que estoy viviendo nuevamente, por que recordar es volver a vivir
—concluyo y los reporteros no dejaban de tomar fotos y otros
comentaban.
—¿Realmente la magia existe? Es
impresionante.
—Recordar es volver a vivir,
que sabias palabras del Sr.Wonka, en la revista “The Time” esta frase será el
titulo para el artículo y reseña de este producto
—¡Oh, es una gran
idea!
Continuaron hablando, entre
ellos, después de una hora , la presentación y conferencia había terminado,
Willy bajo del pequeño escenario, no vio a su esposa y a su familia cerca, a
cambio se encontró a su padre, quien le sonrió y lo abrazo algo intimidado, él
le correspondido sintiéndose ya normal, se estaba acostumbrando poco a poco a su
afecto, uno que no tuvo con él por muchos años.
—Felicidades Hijo, estoy
orgulloso, no podía esperar menos de un Wonka —dijo tranquilamente mientras se
apartaba para verlo.
—Gracias, p-padre —respondió
Willy un poco nervioso pero feliz.
—Lamento que no pueda
acompañarte en “tu día” pero, tengo trabajo que hacer, igual quiero que te
cuides y sigas trabajando a un mejor, que como ahora.
—Te lo prometo —asintió
sonriendo.
—Bien, y te tengo un regalo
—saco de su bolsillo de su abrigo, una cajita y se la entregó en su
mano.
—¿Qué es esto? —le pregunto y
el hombre de cabellos blancos no le respondió, el clavo sus ojos violetas en la
cajita leyendo “Hilo dental”, rio tontamente.
—Recuerda usarlo todos los días
William —le aonsejo su Padre sonriendo.
—Si —rió tontamente y lo guardo
en su abrigo negro—No me sorprende viviendo de ti.
Ahora los Buckets y Giselle
estaban dentro de la fábrica, todo el cuarto de chocolate, estaba adornado con
globos y una mesa llena de comida, junto con un pastel, de chocolate obvio,
sentados en la mesa a excepción de Giselle quien estaba de pie, esperando a que
llegara el cumpleañero.
Willy abrió la puerta usando su
numeroso llavero y al abrirla vio todo el cuarto de chocolate adornado con
globos y serpentinas, a su familia sentada en una mesa, hasta los abuelos
estaban ahí pero en la cama, no tiene idea de cómo lograron sacarlo de la casa
con todo y cama, el extasiado miro a su alrededor sonriente.
—Sabemos que es tu cuarto
favorito y por eso decidimos hacer la celebración, aquí —dijo acercándose a el
Charlie y lo abrazo para luego alejarse y verlo sonriente.
—¿Ah, qué pasa? —les cuestiono
algo dudoso al ver que los padres de Charlie también se acercaron con
regalos.
—Es tu cumpleaños Willy, amor
—sonrió Giselle y lo abrazo.
—Correspondió—¿Así?, creo que
por tanto trabajo y mi anterior “amnesia” lo había olvidado.
—No, tienes prohibido olvidar
—le sonrió y lo beso repentinamente.
—Los Sr y Sra Bucket de nuevo
le taparon los ojos a Charlie y este dijo.
—Señor y señora Wonka no
olviden que soy un niño —rio divertido.
—Willy solo rio un poco y
correspondió el beso de su esposa, después de unos segundos separándose para
verla a los ojos, la tomo de la cintura y miro a los Bucket con una sonrisa—Es
mi primer cumpleaños que la paso con ustedes.
—Si, y esperemos que te la
pases bien —le comento la madre de Charlie con una sonrisa.
—Willy,yo .. —lo llamo el
Sr.Bucket rascándose la nuca, mirando el suelo—Lamento a ver dicho que, bueno lo
que te paso, por mi culpa los medios se entraron y, bueno debiste sentirte
incómodo.
—No se preocupe Sr.Bucket,yo se
lidiar con la prensa, así que no importa, eso ya paso —le respondió y se giró a
ver a Giselle embelesado.
—Gracias —agradeció el
Sr.Bucket soltando un suspiro de alivio y tomo asiento en la gran mesa llena de
comida.
—Te tengo un regalo, cariño —le
dijo la pelirroja viéndolo para luego alejarse y correr hacia la dónde estaban
los abuelos, ellos le dieron una caja envuelta en papel de regalo color purpura,
con una sonrisa de nuevo se acercó a él y le entrego el regalo en sus
manos—¡Feliz cumpleaños!.
—¡Oh! —abrió sus ojos y alzo
sus cejas impresionado—Gracias, cariño, ¿Qué es? —cuestión y recargo la caja en
la mesa, abriendo algo desesperado el regalo.
—Es una sorpresa —dijo riendo—Y
ábrelo tranquilo, el regalo no va ir a ninguna lado —>>Adoro que se
comporte como un niño a veces<<.
—De la caja saco un abrigo
color azul marino, de una tela tan suave y que parecía de tercio pelo, se
parecía mucho a los tipos de abrigos que él se ponía—Vaya, esta ¡de pelos! —dijo
riendo tontamente mientras veía el abrigo.
—¿Te gusta? Yo misma lo
hice.
—¿De verdad? entonces tiene aún
mayor valor para mí, ¡me lo pondré ahora mismo! —sonrió y se quitó el abrigo que
traía, poniéndose el abrigo azul, que parecía que estaba hecho por un diseñador
profesional.
—Te quedo muy bien Giselle —la
felicito Charlie mientras comía una barra de chocolate.
—Gracias —le sonrió al niño, la
chica.
—¡Ah, sí lo olvidaba! —grito
Willy sonriendo y a punto de salir del cuarto de chocolate, Celeste apareció,
usando su barita, le entrego en sus manos al chocolatero un ramo peculiar, en
sus manos.
—Gracias Celeste y también —la
miro desde arriba, la criatura azul flotaba casi por el techo—Gracias por ayudar
a que bueno, recuperara la memoria.
—No fue nada, te aprecio por
que se que mi ahijada te quiere mucho, eres como la otra mitad de Giselle
—sonrió—Ahora debo irme, de vuelta a Andalasia, pero si me necesitan, si me
necesitas, sabes ahora que puedes contar con la magia ¿verdad?
—Ah, sí, lo sé —la miro con
determinación.
—Bueno, hasta luego —se
despidió y destello luz, para esfumarse como polvo en el
viento.
—¡Giselle! —grito Willy
emocionado, corriendo hacia ella y donde estaban los demás, cercas del río de
chocolate y de la casa, el corría sosteniendo su sombrero para que no se le
cayera, alzando el ramo como si fuera una bandera, como si quisiera que todos lo
vieran.
—¿Qué pasa, cariño? —le
pregunto la doncella de pie viéndolo.
—¡Tengo algo para ti,yo mismo
lo.. —no termino de hablar, se había tropezado y caído al césped boca
abajo.
—Rio un poco y después corrió hacia
donde estaba preocupada—¡Willy!
—La Sra.Bucket vio la escena de
como el chocolatero se calló, y dijo conmovida —Ah, pero que tierno —noto que su
esposo se quería reír y ella le lanzo una mirada de enojada, el Sr.Bucket guardo
silencio.
—Willy nunca cambiara —comento
Charlie sentado ahora en la cama con sus abuelos.
—Creo que es algo torpe cuando
se trata de mujeres —comento el Abuelo Joe y todos rieron.
—¿Estas bien, cariño? —le
cuestiono Giselle y el se levantó rápidamente acomodando su sombrero de
copa.
—Sí, estoy bien, mira —le
enseño el ramo, tenía flores de rosas, color rosa y en medio chocolates en forma
de flor, bueno simulaban serlo.
—¡Oh, es tan bonito! —Lo tomo
en sus manos—Un ramo de chocolates.
—Sé que te gustan las flores,
pero también que te gusta el chocolate—Sonrió.
—Gracias, pero no es mi
cumpleaños —recordó algo confundida sosteniendo el ramo con una
sonrisa.
—Ya lose, pero es para
agradecerte.
—¿Por qué?
—Por,a verme ayudado a
recordar, y por ser tu mi corazón, por ti es que hago dulces, Giselle —la tomo
de la cintura con una sonrisa—Siento que estoy en una nueva
vida.
—¿De verdad? Yo —bajo la mirada
para luego verlo—Yo también siento que estamos en una nueva vida, por qué bueno,
recordar es volver a vivir ¿no?
—Y yo quiero pasar el resto de
mi vida contigo —le beso la frente con ternura.
—Yo también —lo miro
sonrojada—Y fue divertido conocerte de niño, ahora te admiro más que
antes.
—¿Por qué?
—Por todo lo que pasaste, sé
que tu infancia fue dura, y que por muchos años te sentiste solo, pero ahora,
tienes a tu familia —le indico con sus ojos, a que viera a los Buckets, estaban
sirviendo la comida— Ellos nunca te abandonaran y —de nuevo lo miro sonriendo—Me
tienes a mí, jamás te dejare solo.
—El la miro con los ojos
cristalinos y la abrazo repentinamente, hablándole al oído—¿Lo
prometes?
—Te lo
prometo.
—Él se separó de ella,
viéndola, con sus violetas ojos cristalinos, se limpió con su mano, no quería
llorar, prefirió sonreírle—Vamos, nos esperan —tranquilo, la tomo de la mano
señalándole a que fueran a la mesa, a comer.
—¡Si, Vamos! —grito
enérgicamente y corrió llevándoselo consigo, el solo la siguió algo
sonrojado.
.
.
.
Queda claro, que recordar forma
parte de nuestra vida, saber quién eres, saber el ¿Por qué vives? La vida no es
solo crear una meta, es también recordar momentos que pasaste, es tener presente
a las personas o a la persona que amas, tener presente lo que amas, después de
todo ¿De qué sirve vivir, la vida, si no tienes recuerdos de esta? Por eso
siempre recuerda, aunque sea bueno o malo, recordar es volver a
vivir.
.
Esta hermosa la historia me encantó
ResponderEliminarGracias que bueno que te gustó. (Mary-Escritora novata)
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